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A pesar de los achaques propios del cáncer que sufre, Antonio Gala se mostró este martes divertido y locuaz, y aunque asegura no pertenecer a ningún partido político, aprovechó la ocasión para denunciar la política del gabinete de Mariano Rajoydurante la presentación de su nuevo libro, ‘Quintaesencia’, que incluye un compendio de sus citas y reflexiones.
«No hay que resignarse a tener un gobierno de idiotas», explicaba el autor al ser preguntado por la situación actual. «No voto, sólo voté una vez porque me lo pidió mi amiga Pilar Miró, pero no debemos someternos a directivas que veamos dudosas». «Yo no soy de ningún partido», ha precisado Antonio Gala y asegura que si tuviera que escribir sobre Artur Mas en su Tronera (el artículo de opinión que escribía para el diario ‘El Mundo’) sería en tono «cachondo» «porque hace más daño». «Pero ahora no me atrevo a reírme de nada», confiesa este escritor, y añade que siempre ha sido sincero en sus críticas, aunque muchas veces haya tenido que decir algunas «verdades antipáticas». Con los años, «me he hecho menos ácido, antes era más partidario de ridiculizar al enemigo». Y entre esas verdades, Gala afirma que «estamos muy mal gobernados» y recordaba algún corte radiofónico en el que decía que tenemos en el gobierno un «gabinete de gilipollas». «Yo comprendo que eso no se puede decir, pero pensarse sí, y estoy convencido de ello», subrayaba con ironía el autor, quien con su primera novela, ‘El manuscrito carmesí’ obtuvo el Premio Planeta en 1990. «¿Es que está chocheando España?, porque si yo me doy cuenta de que voy a chochear, no hablo en público», precisa Antonio Gala y asegura que ya que ha muerto Miliki, el Gobierno debería contratar a algún payaso. «Yo veo el telediario por ver si sale, porque necesito que la siesta me coja con alguna serenidad», bromeaba el autor. UNA MEMORIAS «DOLOROSAS» POR SINCERAS En este sentido y preguntado por si publicaría sus memorias, Gala asegura que no las escribe porque sería algo «muy doloroso porque tendría que ser sincero». «Tendría que poner unos puntos sobre unas íes sociales muy importantes y recordar el pasado de muchos personajes, que ya no son lo que fueron, y eso es horroroso». Y explicaba –aunque tuvo que recurrir a su secretario para recordar el nombre– que la persona que saldría peor parada de este lance en sus memorias sería el ex presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro. «Había olvidado ese cochino nombre», reconocía el poeta.
En esta misma línea asegura que aunque ha tenido «buenos días» en su vida éstos no han sido demasiados, «aunque siempre he estado acompañado por gente que me ha querido más que yo a mí mismo», confesaba este autor, para quien su única pega en la vida ha sido no tener hijos. «SIENTO NO HABER TENIDO NIÑOS»
«Dejad que los niños se acerquen a mí, esa sería una de las frases que mantendría hasta el final de mi vida, y ahora que tengo sitio, siento no tener niños alrededor mío», ha reconocido el autor.
Su libro ‘Quintaesencia’ que publica Planeta, reúne, según Gala, un conjunto de citas, pensamientos o frases, «algunas desechables, incluso por mí mismo porque fueron escritas hace mucho tiempo». «Pero es una referencia de mi pensamiento», aclara el autor cordobés. En este sentido, señala que entre las citas, seleccionadas por Isabel Martínez Moreno, habrá alguna que interese y precisa que él solo ha escrito «el reverso o el culo del libro».
«Yo hubiera hecho este libro más pequeño y portátil para que hubiera podido ser leído en el metro o en el cuarto de baño», bromea el autor, quien asegura haber cumplido en su vida con su vocación social y personal. «No me considero un clásico, porque para serlo, hay que morirse varias veces», declara con ironía este autor, que ha recibido medido millar de premios y ha vendido cuatro millones de ejemplares de sus obras, según indican desde la editorial. «Ahora mismo me siento más muerto que si hubiera tenido una muerte clínica», reconoce el autor, para añadir que ahora ya va camino de una «muerte casera y natural, y lo más confortable posible».
«Estoy moribundo, pero siempre he estado moribundo, la vida es estarse muriendo todo el tiempo y eso anima a vivir con más intensidad porque el tiempo es limitado» «Y no hace falta salir a la calle para vivir con intensidad, basta con reflexionar y yo amo la vida», concluyó.