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Las filtraciones del extécnico de la CIA,Edward Snowden, a principios del verano pusieron de manifiesto cómo EEUU y Reino Unido se han dedicado a interceptar y almacenar de forma masiva comunicacionesy datos de telefonía móvil e internet de individuos y gobiernos, amigos o enemigos, de todo el planeta durante los últimos años. Alemania, Turquía, México o Brasil han exigido públicamente explicaciones a unos o a otros a lo largo de estos meses a medida que los medios han ido publicando nuevas informaciones. El Gobierno de Mariano Rajoy, sin embargo, ha pasado de puntillas por el asunto pese a que los papeles del joven estadounidense, hoy refugiado en Rusia, tienen que ver directa o indirectamente con España. Fuentes de un servicio de Inteligencia europeo han confirmado a Público que las comunicaciones de nuestro país han sido interceptadas.
En julio, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, aseguró que transmitiría a Washington durante una visita a EEUU la preocupación del Gobierno por las informaciones sobre los pinchazos de la National Security Agency (NSA) a la misión de la ONU en Nueva York y a las embajadas de varios estados de la UE. En el Parlamento se han registrado hasta siete iniciativas distintas por parte de la Izquierda Plural, Grupo Mixto y UPyD demandando una explicación del Ejecutivo sin que por el momento haya respuesta alguna.
En agosto, el semanario alemán Der Spiegel, en un extenso artículo, explicaba, basándose en los documentos revelados por Snowden, que «la NSA define sus prioridades de inteligencia empleando una escala del 1 (gran interés) al 5 (bajo interés)». China, Rusia, Irán, Pakistán y Afganistán coparían el primer escalafón. Alemania y Francia estarían en niveles intermedios, «por encima de España o Italia». El Ministerio de Asuntos Exteriores convocó al número dos de la embajada de EEUU en Madrid para pedirle una aclaración y nunca más se supo.
Espiados todos
Más tibia aún ha sido la postura de España con respecto a las revelaciones de The Guardiansobre el Government Communications Headquarters (GCHQ). El diario británico, siempre gracias a la colaboración de Snowden, había informado a principios de junio sobre cómo esa agencia de inteligencia intervino los teléfonos móviles y los correos electrónicos de los asistentes a la reunión del G-20 que se celebró en Londres en 2009.
En siguientes informaciones, The Guardian fue poniendo en evidencia que gracias a la colaboración -voluntaria o no- de empresas de telecomunicaciones y por medio del programaTempora, que permite almacenar metadata procedente de los cables trasatlánticos durante 30 días, habría interceptado las comunicaciones de varios de sus socios de la UE y hasta de las instituciones europeas. Suddeüstche Zeitunginformó días después de que uno de esos objetivos del GCHQ era Alemania. Pero en realidad cualquier Estado europeo estaba expuesto al espionaje de Londres.
El diario alemán, manejando también los papeles de Snowden, aseguraba que Reino Unido tenía acceso a 14 de esos cables submarinos, por los que viajan las comunicaciones telefónicas y de internet de medio mundo. Londres, gracias a la colaboración de compañías como Vodafone o British Telecommunications (BT), habría espiado a Berlín a través del TAT-14, del SeaMeWe 3 y del SeaMeWe 4. Por su parte, la revista italiana L’Espresso aseguraba la semana pasada que el GCHQ habría estado espiando las comunicaciones de Italia a través de estos dos últimos.
Gibraltar y los cables
El SeaMeWe3 pasa por el estrecho de Gibraltar y en el conglomerado de empresas a las que pertenece están Vodafone, BT y Verizon, que según The Guardian fue obligada a entregar datos de sus usuarios a las autoridades estadounidenses. Las tres también gestionan el Europe India Gateway, que hace contacto en la roca y finaliza en el puerto de Bude, en Cornwall, donde se encuentra el cuartel general del GCHQ y por donde han pasado los técnicos de la NSA para analizar sus logros en el campo del espionaje masivo. El TAT-14 también finaliza allí.
Otro de los cables trasatlánticos que pasa por el estrecho de Gibraltar, directo desde Palermo y haciendo parada en Estepona antes de finalizar en Reino Unido, es el Flag Europe Asia (FEA). Según Süddeutsche Zeitung es uno de esos 14 que han sido intervenidos por el GCHQ. Fuentes de un servicio de Inteligencia europeo también aseguraron a Público que la agencia británica tiene intervenido el FEA. Eso, en la práctica, afecta a las comunicaciones de todos los países por los que pasa, incluido España. Ni el Ministerio de Interior ni el de Exteriores contestaron a las preguntas de este diario sobre este tema.
Público se puso en contacto con Vodafone España y con BT España para preguntarles si han proporcionado o facilitado al Gobierno británico el acceso a datos y comunicaciones de sus usuarios. Sólo obtuvo respuesta de BT, que ha conseguido numerosas adjudicaciones de las administraciones públicas españolas para gestionar y dar soporte a diferentes aplicaciones informáticas y sistemas de radio de las fuerzas de seguridad.
El argumento oficial de la compañía es el mismo que se ha dado a otros medios: «Las cuestiones relativas a la seguridad nacional son asuntos que competen a los gobiernos y no a los proveedores de telecomunicaciones […] Podemos asegurar a nuestros clientes que BT cumple la ley en todos los lugares donde opera y que no revelamos datos de los clientes en ninguna parte a menos que sea requerido legalmente».
En Reino Unido, la laxitud de la legislación permitía al GCHQ pedir esa información a estas empresas. Cabe preguntarse si las autoridades de Gibraltar no habrán hecho lo propio. El conflicto en el Estrecho, que el Gobierno español se ha encargado de amplificar y azuzar este verano, podría haber sido uno de los momentos perfectos.
El típico incidente
Andy Mueller-Maguhn, fundador de buggedplanet.info, explica a Público que además de utilizar a las empresas, otro modo de acceder a la información que contienen esos cables sería pincharlos directamente. «Manipular los cables submarinos es totalmente posible y la conexión puede ser interrumpida durante un corto espacio de tiempo para pincharlos. Esto explica muchos de los incidentes que hay entre submarinos y los cables y es un secreto a voces en la industria del espionaje […] Normalmente, este tipo de operaciones se hacen en la costa, donde la profundidad es menor y se puede acceder a los cables más fácilmente», señala.
«Manipular los cables submarinos es totalmente posible y la conexión puede ser interrumpida durante un corto espacio de tiempo para pincharlos»El procedimiento, en cualquier caso, resulta un tanto cómico: «Todo depende del tipo de submarino y hay algunos de EEUU que están capacitados para ello. Un escenario típico sería provocar un incidente para distraer la atención, por ejemplo con un pesquero y una tripulación haciendo el imbécil. Ese espacio de tiempo necesario para reconectar el cable puede ser empleado para pinchar el cable en otro punto completamente distinto», asegura Mueller-Maguhn.
Por el Estrecho pasan constantemente submarinos británicos y estadounidenses. The Guardian, en otra de sus exclusivas, aseguró que la NSA pagaba cientos de millones de libras a la GCHQ para que le pasara la información que había obtenido gracias a Tempora.
El creador de buggedplanet.info, experto en este tipo de tecnología, hace hincapié en que compañías como Glimmerglass comercializan productos que permiten no sólo acceder a una gran cantidad de datos de fibra óptica directamente desde los cables, sino también redireccionarlos al antojo del usuario. Uno de ellos es Cybersweep, que consigue diferenciar y monitorizar los datos provenientes de Gmail, Yahoo, Facebook, Twitter, Explorer o Firefox. Estas soluciones, combinadas con equipos de otras casas como Vastech, Atis Uher, Trovicor o Verint, que facilitan el análisis de la información intervenida, harían de ello la herramienta perfecta para el espionaje de los cables trasatlánticos.