IAM/Redacción Podemos sería la primera fuerza política en Andalucía si se celebraran ahora unas elecciones generales. El sondeo señala que en las legislativas, en intención directa de voto, el primer partido sería Podemos, con el 13,2 %, seguido del PP (11,4%) y el PSOE (11 %).
En unas elecciones autonómicas andaluzas, el PSOE se situaría como primera fuerza política con un apoyo del 30,9%, aunque perdería 8,5 puntos respecto a las últimas elecciones autonómicas y tendría que pactar para alcanzar un gobierno estable. En ambos casos, las opciones del Partido Socialista siguen siendo inciertas, lo que también suscita dudas sobre su liderazgo tanto en Andalucía como a nivel nacional, y da alas a quienes siguen viendo en Susana Díaz el futuro cartel electoral de las generales.
Y si los socialistas andaluces sufren un retroceso que frustra las expectativas de su presidenta de lograr la mayoría absoluta, peor es el resultado del PP, el partido más votado en 2012, que lograría un 24,9 % de los votos, quince puntos menos que en las últimas elecciones andaluzas, antes de que Javier Arenas fuera relevado en la presidencia regional.
Según el sondeo, el PSOE recuperaría el terreno perdido en los comicios andaluces de 2012, en los que el PP fue la formación más votada, mientras que Podemos alcanzaría el 17,4 % de los votos. El PP lograría un 24,9 % de los votos, quince puntos menos que en las últimas elecciones andaluzas, pero se situaría por encima del PSOE en esta Comunidad en los comicios generales. Por su parte, IU sería la cuarta fuerza política en los comicios andaluces y alcanzaría un 12,8% de los apoyos, un punto y medio más que en las elecciones de 2012, lo que convertiría a la federación de izquierdas en una fuerza decisiva.
El sondeo, encargado a la empresa Commentia, que realizó el trabajo de campo entre el 20 de noviembre y el 3 de diciembre con 800 entrevistas telefónicas, no efectúa un reparto de escaños. La publicación de la encuesta coincide con la reapertura del debate interno, alentado por el entorno de Susana Díaz, que reconoce abiertamente los reparos de la presidenta de la Junta a que Pedro Sánchez sea el candidato a la presidencia del Gobierno. Las ‘ocurrencias’ del secretario general, inmediatamente desmentidas por él mismo, y su tendencia a caer en la tentación del populismo para disputarle la bandera de la izquierda a Podemos han colmado la paciencia de algunos dirigentes territoriales, entre los que se encuentra la más importante, la presidenta andaluza.
Pero, además, lo que los medios llaman el «efecto Susana» conseguiría que el PSOE recuperara el primer puesto en Andalucía, pero no con el suficiente tirón como para prescindir de los pactos para los que tiene tres opciones: IU, con quien gobierna actualmente gracias a una alianza que no ha estado totalmente a salvo de crisis y altibajos; Podemos, que no acaba de definir cuáles son sus planes y se remite a lo que digan las bases después de los comicios; y la gran coalición con el PP, que no es mal vista por el 26,3% de los sondeados para la encuesta que se ha publicado este domingo, un porcentaje ligeramente superior al 24,9% que se decanta por el pacto entre el PSOE e IU.
Ante este panorama, Susana Díaz parece decidida a no anticipar las elecciones andaluzas y mantenerlas en 2016. Una de las razones, sería medir el «efecto Podemos» en las distintas citas electorales a lo largo de 2015 y no ser la primera que se la juegue en las urnas con la formación que lidera Pablo Iglesias. Pero, además, eso le va a permitir medir las fuerzas del secretario general de su partido y tomar la decisión definitiva sobre si da el salto o no a la política nacional.
La primera prueba de fuego para Sánchez serán las municipales y autonómicas de mayo y su futuro dependerá en gran medida de si el partido es capaz de rentabilizar el previsible retroceso del PP en zonas clave como Madrid y Valencia y de lo que ocurra en otras comunidades como Asturias y Extremadura. Si el líder socialista no consigue pulverizar las marcas de Rubalcaba mejorando sensiblemente los resultados, no cabe duda de que se abrirá inmediatamente un debate sobre su relevo como cartel electoral para las generales, más que nada porque está previsto que las primarias para designar al candidato se celebren después de las elecciones municipales y autonómicas. Y Susana Díaz volverá a estar en el centro de todas las miradas.
Mientras llega ese momento, la presidenta andaluza se moviliza para pulsar la opinión de los dirigentes de su partidos. Además de con líderes territoriales como el primer secretario del PSC, Miguel Iceta, y dirigentes históricos como Felipe González, se ha visto últimamente hasta con Eduardo Madina, a quien Sánchez ganó el pulso en julio pasado para suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba gracias, entre otras cosas, al respaldo de Díaz.
Por otra parte, la encuesta dice que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, por este orden, son los políticos más conocidos de Andalucía. Sin embargo, de los tres, la única que logra aprobar es la presidenta andaluza, con un 5,13. Es más, de todos los políticos por los que este Barómetro ha preguntado, Díaz es junto a Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, los dos únicos que superan el cinco.
La líder de UpyD, Rosa Díez, con un 84%, y el del PSOE, Pedro Sánchez, con un 82,6%, siguen a los anteriores en cuanto a índices de conocimiento. En el caso del socialista, dice mucho teniendo en cuenta que sólo lleva seis meses al mando del PSOE, y que antes de eso era un absoluto desconocido. Ahora bien, ni Sánchez ni Rosa Díez superan el 5 de nota y se quedan con un 4,8.