Este es el mensaje que ha lanzado Díaz a su llegada al acto organizado en el Congreso con motivo del 40 aniversario de la Constitución, una efeméride a la que ha hecho referencia para recordar que en la Transición personas y políticos que habían luchado en diferentes «trincheras» fueron capaces de unirse «por España» para defender la Carta Magna, también ante la extrema derecha.
Díaz ha mostrado su deseo de que la nueva generación de políticos esté «a la altura» y ahora sea capaz de anteponer a sus intereses personales «el interés general de los ciudadanos, España, Andalucía, la democracia y el Estado de Derecho». «En un día como hoy, los que nos llamamos defensores de la Constitución debemos demostrarlo también con nuestros hechos», ha señalado.
«Los partidos que se llaman constitucionalistas en un día como hoy tendrán que decir si están dispuestos a blanquear y normalizar esa extrema derecha sólo para hacer un reparto de sillones o si los van a aislar como hacen en otros países los defensores de la democracia»,
Así, después de que el líder del PP, Pablo Casado, se haya abierto a dar consejerías a Vox y de que el Rivera tampoco haya puesto pegas a contar con el apoyo de los de Santiago Abascal, Díaz ha recordado a ambos que tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el francés Macron han optado por aislar a la extrema derecha en sus respectivos países.
«Rivera tendrá que decir si quiere ser como Macron, con el que va a concurrir a las elecciones europeas y que hizo frente a Marine Le Pen, o si quiere ser como Salvini», ha reclamado Díaz.
En este sentido, ha querido dejar claro que Vox nunca podrá ser un «colaborador pasivo» del Gobierno que, ha dicho, saldría de una alianza entre el PP y Cs en Andalucía, porque ese Gabinete no tendría mayoría en el Parlamento y no le quedaría más remedio que contar con «el voto permanente» de la extrema derecha para sacar adelante todas sus medidas.
Díaz ha reiterado en varias ocasiones que este es «el momento de la verdad» y que los que han venido hablando de «la España de los balcones», «por encima de las ganas que le tengan al PSOE de Andalucía y de que se quieran juntar con cualquiera para desalojarle», tendrán que demostrar «si están dispuestos a poner el Gobierno de Andalucía en manos de la extrema derecha populista que viene a quebrar la convivencia y atacar la democracia».
En este punto, la presidenta en funciones ha mostrado su preocupación por los episodios violentos y las «barbaridades» que se han producido en las últimas semanas, como la «intimidación» que sufrió ella misma en su mesa electoral por parte de dos apoderados de Vox o el boicot a un acto de Manuel Valls en Barcelona.
Díaz ha llamado a no «normalizar» ni «blanquear» los insultos y ha alertado de los peligros de «encanallar» la política. «Tenemos la responsabilidad y la obligación de no seguir justificando y creando el caldo de cultivo desde el encanallamiento político», ha sentenciado.
Además, ha insistido en que no dimitirá ni dejará su escaño si no consigue retener la Junta de Andalucía porque su «obligación» es «estar» para que los ciudadanos que les han votado se sientan «orgullosos» de su voto. «Vamos a tener capacidad de diálogo y a llamar a todas las fuerzas constitucionalistas y los demás tendrán que decir si por desalojar al PSOE como esa están dispuestos echarse en manos de la extrema derecha», ha incidido.
También ha hecho hincapié en que el PSOE andaluz no está «degenerado» y por tanto no debe regenerarse, aunque sí reflexionar sobre sus resultados en las andaluzas que no han sido satisfactorios pese a la victoria.