Según ha informado la Policía Nacional en un comunicado, en colaboración con Europol los agentes han detenido a diez personas tras realizar siete registros en los que se han intervenido 4.700 euros, tres kilogramos de hachís, más de 1.000 pastillas de «karkubi» -mezcla hachís y psicotrópicos-, diversas armas blancas y una pistola simulada.
La organización vendía documentos de identidad españoles a extranjeros que pudieran aparentar físicamente ser sus legítimos propietarios e introducía a ciudadanos marroquíes en España mediante embarcaciones neumáticas.
La investigación se inició en septiembre de 2018, tras la llegada a las costas de Algeciras de varias embarcaciones neumáticas con inmigrantes irregulares procedentes de Marruecos.
Tras gestiones de investigación, los agentes de la Policía Nacional se percataron de que existía una organización delictiva, integrada por nacionales españoles y marroquíes asentados en Ceuta, que traficaban con los súbditos de Marruecos.
Los miembros que se encontraban en Ceuta se ponían en contacto con otro grupo criminal que operaba desde Marruecos y que captaban, localizaban y ponían a su disposición a los inmigrantes interesados en viajar a España.
El grupo de Ceuta se encargaba de la recepción y alojamiento de los interesados en los distintos inmuebles de los que disponía, y planificaban, organizaban y perpetraban los cruces irregulares desde Marruecos a España con embarcaciones neumáticas de gran cilindrada, coordinándose en todo momento con vigilancias estratégicas para evitar ser detectados.
En cada trayecto se trasladaban entre 10 y 15 inmigrantes, cobrándoles de 2.000 a 2.500 euros por persona.
Además la organización vendía en vender documentos nacionales de identidad españoles a extranjeros con apariencia física similar, de tal modo que pudieran hacerse pasar por el legítimo propietario del documento en un control.
Un miembro de la organización en Ceuta acompañaba en todo momento al migrante, tratando de garantizar así tanto el cruce de las fronteras como el cobro del servicio.
Los agentes han constatado que mediante estas prácticas, la organización criminal ha llegado a introducir en España a más de cien ciudadanos marroquíes de forma ilegal durante el presente año 2019.
La naturaleza de la organización, que se dedicaba también al tráfico de drogas, era de un marcado carácter violento, llevando a cabo incluso el secuestro de un miembro de otra banda delictiva con la que colaboraban.
El secuestrado estuvo cinco días retenido en un domicilio situado en el barrio ceutí del Príncipe, donde recibió continuas agresiones físicas y psicológicas hasta que se efectúo el pago exigido por una deuda que este había contraído.