Fue su periplo a lo largo de una legislatura con el PSOE que se prolongó durante quince años, hasta 1994, bastante agitado, particularmente durante los últimos años pero Domínguez Conejo no se amilanó y cogió las riendas de una nueva formación, el PIBA, consiguiendo representación en el Ayuntamiento. Desde allí, continuó defendiendo los intereses de su pueblo.
Político comprometido con la localidad barreña y convencido de las potencialidades del Campo de Gibraltar, gracias a él y a su decidido empeño se logró contar con un Parque Empresarial, en Palmones, todo un hito para esta zona. No le tembló el pulso y se enfrentó a las grandes industrias pero el proyecto salió adelante y hoy es marca de identidad de la Comarca.
Ese afán comarcalista le acompañó como alcalde y a lo largo de toda su trayectoria política y personal. Un hombre íntegro y un político cabal, de los que ya no se estilan.