Esta alga, de origen asiático y que llegó a las costas de Ceuta en 2015 y posteriormente a la comunidad autónoma, se presenta como uno de los mayores problemas medioambientales que existe en Andalucía, según el portavoz del Foro y del Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul (IBYDA) de la Universidad de Málaga, Félix López.
López ha manifestado que el posible origen radica en las «aguas de lastre» y que esta especie no ha dejado de crecer ya que las condiciones ambientales que se dan en la costa andaluza, motivadas también -a su juicio- por el «cambio climático», han favorecido la llegada y expansión de esta alga que no tiene un depredador natural.
Este grupo está formado por IBYDA, el Campus de Excelencia Internacional Global del Mar, el Instituto Español de Oceanografía, el Clúster Marino-Marítimo de Andalucía, la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Universidad de Málaga y la asociación Equilibrio Marino para afrontar la invasión de esta alga que amenaza el ecosistema marino.
Su objetivo es asesorar a «corto y medio plazo» en la gestión y control de la invasión de «Rugulopteryx okamurae», que ya se encuentra en Málaga, Cádiz, Granada y Almería, lo que representa un «problema ambiental, económico y social» de carácter estratégico para Andalucía.
Jesús Mercado, del Instituto Español de Oceanografía, ha señalado que la expansión de esta alga está relacionada a la pérdida de biodiversidad en la zona y a la dificultad para estudiar el mar, un medio «muy complicado».
Según este experto, el problema debe abordarse con un carácter «interdisciplinar» entre las organizaciones y la sociedad, para que sea esta última la que empuje a «invertir en investigación marítima».
El representante del Clúster Marítimo-Marino de Andalucía, Javier Noriega, ha declarado que la ciencia es «la punta de lanza» para la solución de este problema y ha incidido en la importancia de que haya una «cuádruple alianza» entre academia, empresas, administración y sociedad.
Noriega ha destacado que esta «catástrofe ambiental» tiene dos cuestiones «claves» (el «turismo azul» y el sector pesquero) y una posible solución: investigar cuál es el alimento de esta alga.
El representante del Campus de Excelencia Internacional Global del Mar (CEI-Mar), Pedro Sánchez, ha manifestado que la solución a este problema tiene ser «interdisciplinar» y que las herramientas básicas para atacar a esta alga están en el «conocimiento científico».
El director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Universidad de Málaga, Francisco Franco, ha asegurado que la manera de mitigar este problema podría ser a través de la limpieza de las playas o al colocar una red que impida que estas algas lleguen a la costa, aunque hay que estudiarlo porque tiene «consecuencias ecológicas».
Con la ayuda de estas asociaciones andaluzas de diferentes ámbitos, el Foro Alga Invasora busca impulsar acciones como prevenir la invasión de especies, reducir el riesgo de vectores de transmisión, construir una agenda de actuación a las administraciones públicas y obtener un mayor conocimiento científico.