IAM/EP Al parecer, el Gobierno norcoreano ha emitido la alerta a las 9.32 horas del jueves (1.32 horas en España) y ha ordenado a toda la población, tanto civil como militar, a quedarse a cubierto, y a las Fuerzas Armadas a estar preparadas para reducir eventuales daños. La prensa norcoreana no ha especificado si se trata de un ataque real o si forma parte de un ejercicio militar. Una fuente del Gobierno surcoreano ha indicado a la agencia de noticias Yonhap que podría ser una respuesta al despliegue de los bombarderos estadounidenses B-52. Ayer, el líder norcoreano, Kim Jong Un, supervisó unos ejercicios militares en los que las Fuerzas Armadas habrían empleado aviones no tripulados (‘drones’) para atacar objetivos surcoreanos simulados, entre ellos un misil de crucero Tomahawk. Horas antes de estos ejercicios militares, Pyongyang había amenazado con «una fuerte respuesta», si Estados Unidos volvía a desplegar bombarderos estratégicos B-52 en la península coreana, al considerar que sería una «provocación intolerable». Estados Unidos ha trasladado en las últimas horas sus bombarderos B-52, ubicados en la isla de Guam –territorio de ultramar del país norteamericano–, para que participen en las maniobras militares que lleva a cabo con Corea del Sur al inicio de cada primavera. Fuentes estadounidenses han confirmado a la agencia de noticias surcoreana que los B-52 forman parte de su Comando Permanente en el Pacífico, pero han rehusado detallar cuántos bombarderos estratégicos están desplegados en Guam. El desplazamiento de estos bombarderos estratégicos en los alrededores de la península coreana ha suscitado un gran temor regional porque son capaces de llevar a cabo un ataque nuclear. Estos movimientos se enmarcan en la escalada de tensión regional, que comenzó el año pasado, con los lanzamientos de cohetes de largo alcance de abril y diciembre, y ha continuado en 2013, con la prueba nuclear del pasado 12 de febrero, por parte de Corea del Norte. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos. En respuesta, Pyongyang ha declarado nulos los pactos de no agresión sucritos con Seúl y ha amenazado con hacer lo mismo con el armisticio de 1953, que puso fin a tres años de hostilidades en la península coreana.