IAM/tad Un grupo de personas con movilidad reducida acompañó a la comitiva oficial hasta las escalerillas de acceso al dique, a la que no pudieron acceder ya que el proyecto no previó el acceso de personas.
Morón señala que se compromete a buscar una solución, aunque reconoce que es difícil compatibilizar el acceso a todos con las normas y exigencias en materia de seguridad fronteriza. Ya anunciábamos en días pasados que personas y colectivos habían mostrado su indignación porque el proyecto de acceso al muelle del Santo, no contaba con los pertinentes acceso para personas con movilidad reducidas exigidas para que se garantice el derecho constitucional de igualdad entre todos los ciudadanos. Así se puso de manifiesto en el día de ayer, cuando un grupo de personas en silla de ruedas y acompañantes recorrieron los primeros 250 metros del acceso y se encontraron como la escalera que salva el primer nivel con el superior del dique a unos 3 metros de altura era imposible de flanquear en silla de rueda. Eso hizo que algunas de las personas recriminaran al alcalde y las autoridades de la APBA el “desinterés» mostrado por realizar un proyecto que permitiera el acceso para todos. «Hace más de dos meses que advertí a la APBA de este hecho y han dejado todo igual impidiendo que personas como mi marido no puedan gozar de un paseo que como cualquier ciudadano le corresponde”, señalaba una mujer. Otra persona pedía solidaridad al pueblo y que no entrasen al Santo hasta que no se arreglase el problema. Ante tal hecho y en solidaridad a estas personas, otras personas decidieron no continuar con la visita institucional. Fue el caso de los concejales Teres Vaca (PA), Carlos Núñez (ULT) ambos del equipo de Gobierno local, además de Carmen Miriam Iglesias, Sebastián Galindo y Miguel Ortiz, del grupo municipal socialista. Al regreso de la visita, los manifestantes, volvieron a encontrarse con el alcalde y el presidente de la APBA a quienes pidieron soluciones para que se garantizase la igualdad de oportunidades y derecho como ciudadanos. Tanto el alcalde como Manuel Morón apuntaron a que se buscarán soluciones al problema e intentaron dar justificación al hecho de inaugurar las obras sin haber realizado acceso a minusválidos. Desde la APBA se ha insistido en que los técnicos estudiarán diferentes alternativas pero ya se señala que no es algo fácil ya que la altura del espaldón del dique hace que sea muy complicado poner una rampa que además cumpla con todas las normativas. Así, tras una década esperando, la ciudadanía tarifeña pudo volver a su muelle del Santo, pero desgraciadamente no todos pudieron hacerlo.
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