En declaraciones a Efe, el secretario general del Consejo Regulador de las IGP, Manuel Becerra, ha apuntado que si bien 2020 empezó bien, «con el empeoramiento de la situación y el confinamiento total la producción comenzó a resentirse».
Ha explicado que los fabricantes que distribuían a la hostelería, bien directamente o a través del canal Horeca, tuvieron que dejar de hacerlo, y los que tienen más actividad exportadora «se encontraron con problemas de distribución que frenó en parte la salida de sus productos».
El descenso de la demanda ha provocado una bajada de la producción que, según Becerra, «se sitúa en el orden un 15-20 por ciento», que tendrá reflejo en la facturación final del sector, que en los últimos años se ha situado entre los 17 y los 19 millones de euros.
La IGP certificó el año pasado a las empresas amparadas 5,6 latas de caballa y un millón de latas de melva.
Becerra ha apuntado que el sector afronta el 2021 «con mucha incertidumbre» ya que «desconocen qué puede pasar y si podrán dar normalidad a la salida de su producción».
El Consejo Regulador (CR) de las Indicaciones Geográfica Protegidas (IGP) ‘Caballa y Melva de Andalucía’ fue creado en abril de 2009 y actualmente aglutina a cuatro empresas y más de una decena de marcas en las localidades de Ayamonte e Isla Cristina (Huelva) y en Tarifa (Cádiz).