LA FOTO DEL DÍA, habla por sí sola, tiene su trama, una patrulla de la Guardia Civil se encuentra frente a frente con una autocaravana circulando en dirección prohibida y en pleno centro de la ciudad. La escena, que se vivió este fin de semana en las calles más transitadas de Tarifa, dejó atónitos a vecinos y viandantes.
El vehículo, conducido por unos turistas aparentemente desorientados, irrumpió en la dirección equivocada justo cuando los agentes patrullaban la zona. Por suerte, todo quedó en un susto.
No es la primera vez que ocurre algo parecido en Tarifa, es cotidiano en verano y con la Operación Paso del Estrecho (OPE) más aún. Las calles de la ciudad se convierten en un auténtico laberinto para muchos conductores forasteros. Entre GPS que mandan por donde no deben, carteles que se ven tarde y nervios por encontrar aparcamiento o embarcar, no faltan episodios dignos de una comedia improvisada.
Más allá de la sonrisa que pueda provocar, estos despistes esconden un riesgo real. El tráfico denso de la OPE, la presencia de peatones y las calles estrechas del casco urbano hacen que una equivocación pueda acabar mal. La Guardia Civil recuerda la importancia de prestar atención a la señalización y de extremar la precaución, especialmente en una ciudad donde la improvisación al volante no suele acabar bien.
En cualquier caso, la anécdota deja una reflexión simpática: Tarifa no es solo la meca del viento y las playas, también lo es de las aventuras automovilísticas más insospechadas. Y mientras el tráfico siga mezclando turistas despistados, caravanas gigantes y la marea humana de la OPE, el verano en la ciudad siempre tendrá un toque de tragicomedia… con final feliz, si la suerte acompaña.