IAM/Editorial Pataleta absurda de Boix con consecuencias para todos los campogibraltareños. Boix rompe la unidad de la comarca por pura soberbia e intereses partidistas y personales, muy alejado de lo que debe ser un “servidor público”.
“Como no me dejan conducir, pincho el coche”. En ese nivel de absurdo puede leerse el inicio del expediente para la retirada de servicios de San Roque de la Mancomunidad.
Esté o no de acuerdo Boix con la elección del presidente de la Mancomunidad (los tribunales le darán o no la razón) sus hechos lo califican como un mediocre. No busca el interés de San Roque (aunque se esconda ahí) ya que lleva años con los servicios cedidos y contento, es sólo ahora, cuando la democracia lo aleja de sus pretensiones, cuando se da cuenta de que lo mejor para San Roque es la deriva hacia la soledad, claro, que rápidamente busca aliados, “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” y sólo tarda horas en reunirse con sindicatos y entes de Gibraltar en el Grupo Transfronterizo “para tender puentes”. No sólo se le ve el plumero señor Boix sino que además toma a sus vecinos como peones.
¿Por qué no es tan taxativo con la contaminación en Puente Mayorga? ¿Por qué allí es permisivo con olores, sonidos y humo? ¿Por qué no se le escucha defender a sus vecinos en algo tan vital como la salud?
Quedan claras sus prioridades y son estas cuatro, Juan Carlos Ruíz Boix.