Palabras de aMor en lunes. Por María Eugenia Manzano

Lunes, veintidós de julio.
Escribo Palabras de aMor en la libreta que me regaló Ivana.
Tumbada en el césped del Sunset, con una cerveza en la mano, se vuelve todo más fácil. Escribir con puntería siendo fiel a lo inexplicable. Eso pone en la portada. Así que la primera página es una carta para Elsa y la segunda me lleva al Molino.
Lo inexplicable.
Seré fiel.
Con puntería.
Cuando no puedo dormir por las noches, mi mente escribe al dictado.
Entonces empieza. Verás:
La Transformación, la Justicia. Saca una carta del tarot. La Transmutación del alma. ¿Será posible? ¿Algo más? Sí, que dónde encontraré las respuestas. En el viento, en las chicharras, en los árboles, en el mar.
Abro ante mí espacio y tiempo. Hay un Río de las Mujeres con un hombre cuidador donde yo me encontré contigo. Un cuento de hadas, una ninfa, una hermana, una hija, una flor rosa reposada en roca. Una guerrera del agua.
Del agua, sí, y del caudal del Río. Me corre, me lava, pasa por el entre las piernas.
Y frente a vuestros uniformes, os salpico. La Nana del caballo, ea, ea,
¿Nos veis? Por aquí no pasarán.
Yo no invento, yo traduzco.
Soy una mujer que amamanta. Que materna. Protegida sin pedirlo por la liana de la higuera. Que lleva, por todo vestido, los rizos de su cabello.
Soy una mujer que canta. Que escupe y sacude, que abraza. El ejército de Tierra son mis manos y mis pies formando un puente de unión desde el suelo al firmamento. Tú calla.
Yo no describo, yo escribo en la lengua que me hablan.
Y avancé por mi Camino. Firme y despacio, sin miedo. Y poco a poco os hallé. Gallinas y gallos revueltos, cresta roja, pico rojo. Tenientes y coroneles, generales con galones. ¡Estabais todos! Volví saltando a la comba junto al resto de mis hermanas y una cogió una hoja que hizo de almuerzo, no de braga. La mastícanos, sí, la tragamos. Y luego seguimos jugando a la tentación con un dátil.
Yo no imagino, yo descubro.
Todos los niños del barrio se cuelgan a la bandera en los mástiles vacíos.
¿De qué autoridad habláis? Yo atiendo a la Naturaleza. A la del vestido en la arena.
Que la vestimenta adecuada se deja a los pies de la cama, dice mi hermana Elsa, y que la vigiléis muy de cerca porque va a volver a saltar la valla.
Ana y Emilie bajo palio. Ni quiero que se me entienda. Trasciende la Sacerdotisa. De monja a puta van tan sólo cuatro letras.
Y después de todo, vuelta a Bolonia. Andrea y Shirim, María y Jana.
Gracias.
Yo sólo obedezco. Tú no mandas.
————————————————————

María Sabina
Soy la mujer que sólo nací.
Soy la mujer que sola caí.
Soy la mujer que espera.
Soy la mujer que examina.
Soy la mujer que mira hacia adentro.
Soy la mujer que mira debajo del agua.
Soy la nadadora sagrada
porque puedo nadar en lo grandioso.
Soy la mujer luna.
Soy la mujer que vuela.
Soy la mujer aerolito.
Soy la mujer constelación huarache.
Soy la mujer constelación bastón.
Soy la mujer estrella Dios
porque vengo recorriendo los lugares desde su origen.
Soy la mujer de la brisa.
Soy la mujer rocío fresco.
Soy la mujer del alba.
Soy la mujer del crepúsculo.
Soy la mujer que brota.
Soy la mujer arrancada.
Soy la mujer que llora.
Soy la mujer que chifla.
Soy la mujer que hace sonar.
Soy la mujer tamborista.
Soy la mujer trompetista.
Soy la mujer violinista.
Soy la mujer que alegra
porque soy la payasa sagrada.
Soy la mujer piedra del sol.
Soy la mujer luz de día.
Soy la mujer que hace girar.
Soy la mujer del cielo.
Soy la mujer de bien.
Soy la mujer espíritu
porque puedo entrar y puedo salir
en el reino de la muerte.
Soy una mujer que llora
Soy una mujer que escupe
Soy una mujer que ya no da leche
Soy una mujer que habla
Soy una mujer que grita
Soy una mujer que da la vida
Soy una mujer que ya no pare
Soy una mujer que flota sobre las aguas
Soy una mujer que vuela por los aires
Soy una mujer que ve en la tiniebla
Soy una mujer que palpa la gota de rocio posada sobre la yerba
Soy una mujer hecha de polvo y vino aguado
Soy una mujer que sueña mientras la atropella el hombre
Soy una mujer que siempre vuelve a ser atropellada
Soy una mujer que no tiene fuerza para levantar una aguja
Soy una mujer condenada a muerte
Soy una mujer de inclinaciones sencillas
Soy una mujer que cría víboras y gorriones en el escote
Soy una mujer que cría salamandras y helechos en el sobaco
Soy una mujer que cría musgo en el pecho y en el vientre
Soy una mujer a la que nadie besó jamás con entusiasmo
Soy una mujer que esconde pistolas y rifles en las arrugas de la nuca
Soy mujer que hace tronar
Soy mujer que hace soñar
Soy mujer araría, mujer chuparrosa
Soy mujer águila, mujer águila dueña
Soy mujer que gira porque soy mujer remolino
Soy mujer de un lugar encantado, sagrado
Porque soy mujer aerolito.

2 comentarios

  1. Querida María, tus palabras me llegan al pueblo perdido de Navarra donde estoy, en el Camino. Todas somos mujeres, todas somos una y somos María. Eugenia, Elsa y Sabina. No es necesario entenderlo, que suerte que lo puedas sentir y ser canal y hacerlo carne. Sin vestimenta

    1. Mi querida hermana, que anden con los ojos abiertos aquellos que no saben amar. Es la Ley más Natural y acabará con ellos. Tú sigue tu camino y afianza tu paso más si cabe. Aquí hay mucho por hacer y ya hemos empezado. Entrelacemos palabras, cabellos, tribu y piel, más carne. Y sigamos abriendo el canal, atentas. Así como dices tú. Sin vestimenta.

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