Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
Alejandra Pizarnik.
Hay un mundo entero ahí arriba. Ya sé que muchos no lo creen, pero eso no importa, de veras, porque el mundo entero de arriba está ahí y, confía en lo que te digo, no va a desaparecer por eso. Hay todo un mundo ahí arriba, desde los egipcios a los griegos, los romanos, los fenicios, un autobusito de Guate que ha montado un chiringuito con monedas de euro y todo para sufragar los pequeños gastos del mundo de arriba, ya sabes. Que sí, que te he oído ya, que dicen que no es de verdad. Tú ve. Subes unas escaleras despacio, como dice la sabia Charo, que en el ansia ya nos pillamos, y si vas deprisa te caes, y más desde esa escalera que accede al mundo de arriba. Ve despacio. Pues subes dos o tres peldaños y enseguida, tachán, ya estás. Hay un ciervo en el cielo de luces y estrellas y niños nacientes, rodeados de animales, de peces de pájaros de caballos, hay un burro (o varios) pollos gallinas perros y gatos… hay ríos. Un jardín del Edén, un vergel. Arriba, ¡que sí! ¡que hablo en serio! Hay mucha gente allí, ¡muuuuuuuucha! Oficios, carpinteros, ebanistas, hacen pan, ¡lo flipas! Huele a hacer pan, ¡te lo juro! Hay un mundoenteroahíarriba y también, sobre un cd, sobre un disco giratorio, dos caballos dando vueltas y un espejo debajo. ¡Buah, qué pasada, chaval! Puedes verte aunque algo lejos porque es un espejo pequeño y tienes que fijarte bien. Un día (otro) era más grande y por cierto, Voa, no vi mi estrella… ejem… que sí, que la puedes poner, que sí pega. Que hay hasta un indio con arco y flechas… Yo quiero un mundo de arriba. Qué belleza lo creado y qué hermoso ser testigo de la vida por sí sola.
Inocencia y confianza. Ternura. Y que hoy también sea un día bueno.
No hay barrancos
Berta García Faet
coño que te digo que no hay barrancos
y si hay uno y el barranco te traga
no le hagas caso lo hace para llamar la atención
sobre la grieta entre el lenguaje y la cosa
dile la palabra mágica: «mantequilla»
verás cómo se aplaca
y te deja su paz tectónica
para que claves tu tienda de campaña
en el pico de la lava
coño que no hay barrancos
pero qué dices
que el precipicio es peligroso y te quiere comer?
y que él es lo que hace: un arañazo?
que quiere oler cómo te raspa?
y que él hace lo que es: saliva?
pero qué dices
que te gustaría ver el cielo desde el otro
costado del día pero que
a ver si te caes en esa boca?
a ver
el precipicio no es que nos llame
escucha no puede llamar
escucha no puede llamarse
porque este lenguaje
es mentiroso y no cumple
sus promesas y es un mal
y es un mal
papá
pero qué dices
que aunque no nos llame en ese sentido que digo
te refieres a que sí
nos quiere
y puede matar?
coño que no
que te digo que no hay barrancos
coges un puñado de grietas del suelo
las encajas y es un puzzle
muy bonito y la figura
resultante es un barranco
eso es
es un barranco
nada
del otro mundo
que no
que no te digo
que no hay barrancos
y si los hay (que no los hay)
diles otras palabras mágicas: «mariquita», «lo blando»,
[«lo pequeño»
y si los hay
hay nubes que podemos trepar en un gran golpe
de skate y de dadá
volar como bichos o narrar
una parábola o construir
lo que se llama un puente.
podríamos … …
(sigue en el audio)