IAM/Redacción De lleno en los días grandes de la Semana de Pasión, poco después del mediodía del Viernes Santo, el pueblo de Tarifa realiza con la impresionante talla del crucificado de San Mateo el Devoto Ejercicio Espiritual de las Siete Palabras, culto externo que da carácter a la mañana de este día, de reverente y arrepentido silencio.
En Tarifa, los viernes de Jesús no son más que una repetición de la escena evangélica de las multitudes que «querían ver y tocar al Señor». En Tarifa, Jesús sigue dejándose besar y tocar por los afligidos, por los tristes, por los necesitados: «Venid a Mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y Yo os aliviaré».Y es por eso que, en el Viernes Santo tarifeño, Jesús cambiará la solemnidad de su procesión del Martes Santo por su lado más humano en el Ejercicio de las Siete Palabras. Siete palabras pronunciadas una a una para nosotros, como aldabonazos de la gracia, pronunciadas por el Santísimo Cristo que quiere morirse allí, sobre los hombros de sus cofrades, ante nuestras miradas, entre nosotros, entre los ecos de una plegaria, que si impresiona cuando procesiona en su paso.Es de nuevo el Santísimo Cristo de la Salud, más cercano que nunca a su pueblo, a un pueblo que en este día se arrodilla y le pide perdón siete veces. Es de nuevo el Cristo de San Mateo el que a la hora decisiva de la muerte eligió hacerlo desde un 7 de abril de 1944 a la intemperie, en las calles de Tarifa. Y es precisamente este Cristo, que si impresiona en su paso aún lo hace más cuando a hombros de sus hermanos cumple sus siete estaciones del Viernes Santo que instaurara el recordado padre Gámez.»EL SANTO ENTIERRO»Las calles de Tarifa se tiñen del más riguroso luto la noche del Viernes Santo. Ha llegado el momento de trasladar el cuerpo del Redentor a su Santo Sepulcro, ha llegado el momento de la cofradía del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo.Aunque su última reorganización se produjo en 1951 y mucho antes en 1864, cuando se fusionó con la del Nazareno, la antigüedad de la cofradía del Santo Entierro tarifeño se remonta hasta comienzos del siglo XVIII, teniendo su origen en la devoción particular de la familia Chirinos, a cuyo cargo estaba ya en 1737. El Santo Entierro de Tarifa, por tanto, es otra de las hermandades más antiguas de nuestra Semana Santa, superando con mucho los 250 años de existencia.La imagen de Jesús Yacente es obra seriada de los talleres de Olot. Su madre, la Virgen de las Angustias, la Piedad de Tarifa, no es aquélla que le acompañara desde su llegada a Tarifa en marzo de 1906. Las Angustias ya no es aquella imagen que llegó a Tarifa también desde Olot y que reproducía el modelo original del célebre escultor Miquel Blay i Fábrega. Su estado de conservación no aconsejaba su salida y, por ello, dejó de hacerlo tras encargar la cofradía un nuevo grupo escultórico de la Piedad. Realizado el encargo al sevillano Jaime Babío, la nueva Virgen de las Angustias con el Santísimo Cristo de la Caridad en su regazo llegó a Tarifa en abril de 2007, protagonizando por fin su anhelada primera salida procesional el Viernes Santo de 2009.