A veces parece que los acuerdos internacionales terminan convirtiéndose en papel mojado donde nadie respeta las regulaciones establecidas por consenso.
Afortunadamente, existen otros tratados que sí se han materializado en medidas concretas y cuyos resultados podemos documentar hoy en día.
La ozonosfera es una zona de la estratosfera terrestre compuesta de ozono que absorbe el 99% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia, permitiendo que la superficie terrestre sea habitable.
A mediados de los años 80 varios científicos de la Prospección Antártica Británica descubrieron un agujero en esta capa protectora del planeta, que en la zona del Polo Sur suponían hasta un 50% menos de ozono.
En la Antártida, el agujero se forma cada año a principios de invierno. Los rayos del sol provocan una reacción entre el ozono de la atmósfera y el cloro de los compuestos químicos como los CFC. Esta reacción destroza las moléculas de ozono y causa el peligroso agujero de la capa de ozono.
Aunque los científicos ya sabían que los compuestos químicos que liberábamos en la atmósfera tendrían un impacto sobre la capa de ozono, nadie había anticipado una disminución tan drástica.
Ante una amenaza tan importante para la sostenibilidad del planeta, en 1985 se firmó inmediatamente uno de los mayores acuerdos medioambientales: el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono.
Habiendo sido ratificado por todos los miembros de la Naciones Unidas, este convenio estableció en 1987 el Protocolo de Montreal como guía para reducir la emisión mundial de sustancias agotadoras para la capa de ozono (SACO) hasta su eliminación parcial.
Tras varias décadas de implantación, el satélite Aura de la NASA ha confirmado el éxito del Protocolo de Montreal: desde el año 2014 el tamaño del agujero en la capa de ozono se ha ido reduciendo en un 20%.
Aunque las noticias son buenas, no debemos confiarnos. Los compuestos químicos que más deterioran la capa de ozono -los CFC- pueden tardar hasta un siglo en desaparecer.
Además, el agujero de la capa de ozono es uno más de los problemas que conforman el cambio climático en su totalidad. Por lo tanto, sigue siendo necesario concienciar acerca de los problemas medioambientales y buscar soluciones a largo plazo.
Y ustedes ¿son conscientes del peligro que supone el agujero de la capa de ozono?