Califican de crítica su situación por los daños del alga asiática invasora, la desigualdad de condiciones con respecto a Marruecos y la ausencia de alternativas pesqueras en los caladeros del Estrecho.
Poco que celebrar en el día de su patrona. . El sector califica de desesperante su caída en picado. Insisten en que han llamado a todas las puertas y solicitan un estudio socioeconómico específico para los barcos del Estrecho porque el atún rojo es lo único que puede salvarles.
Sufren la escabechina del alga invasora, que es lo único que pescan, dicen, y de las ayudas de la Junta para los afectados por la plaga afirman que no tienen respuesta. Otro handicap histórico, el agravio comparativo con los pescadores marroquíes. Están convencidos de la viabilidad del sector pero sin implicación de las administraciones, los marineros tarifeños se hunden.