Ciudadanos y PP dejan fuera de su pacto en Andalucía la exigencia de apartar del cargo a quien manipule o mienta en su currículum
PP y Ciudadanos acuerdan apartar a todos sus imputados por corrupción y defienden las leyes contra la violencia machista
Vox reclama liquidar las leyes de memoria y violencia machista, una consejería de Familia y acabar con el PER y Canal Sur
Juanma Moreno, un hombre a quien todos, incluidos buena parte de sus compañeros de partido, daban por muerto antes del pasado 2 de diciembre, el día que eligió Susana Díaz para celebrar las elecciones autonómicas, será el sexto presidente de la Junta de Andalucía, el primero de un partido diferente al PSOE, si logra los votos del partido de ultraderecha Vox, una vez que ya tiene asegurados los de Ciudadanos. Esa es la única suma posible hoy. De llevarse a cabo, las derechas y la ultraderecha tomarán de inmediato el control del Gobierno de Andalucía y del Parlamento, con el que pretenden acabar con toda una era de Gobiernos y políticas del PSOE, que han durado 36 años. La fecha que barajan tanto Ciudadanos como PP para ejecutar el cambio está en el entorno del próximo día 16 de enero.
Moreno: «Si todos cumplimos, es más que previsible que yo sea el presidente»
El pacto de la Navidad, el acuerdo programático entre PP y Ciudadanos, se ha transformado en una sólida entente. Ambos partidos forman ahora mismo un bloque, que actúa ya y actuará casi como un mismo partido en los próximos tiempos en Andalucía. Esa configuración les ha permitido trabajar en dos frentes al mismo tiempo.
Mientras el PP busca amarrar sin complejo alguno para este momento y para los próximos tiempos, los imprescindibles apoyos de Vox -este miércoles se reunieron en Sevilla los secretarios generales de ambos partidos, Teodoro García Egea y Javier Ortega Smith-, los que necesitan para hacer cualquier cosa; Ciudadanos intentaba que no se notase demasiado que es todo el entramado ultra el que va a sostener en realidad, junto a ellos, la actividad del próximo Gobierno y el que tiene el poder de decidir cuánto va a durar. Y trataba así de configurar una Mesa del Parlamento plural, en la que ellos se quedarán con la presidencia de la Cámara, clave para marcar los tiempos del proceso de investidura y para decidir quién se presenta, y en la que tanto Vox como Adelante Andalucía tendrían un puesto cada uno.
Al fracasar esta estrategia, por el rechazo a última hora de este miércoles de Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez, las cosas se precipitaron. Ciudadanos renunció a incluir a Adelante Andalucía en la Mesa y anunció ipso facto que hablaría con Vox. Así, poco después, se llegaba al primer gran acuerdo entre las tres fuerzas a las que les une la misma idea de fondo: acabar con la hegemonía socialista en Andalucía.
El primer gran acuerdo entre la triple alianza Vox-PP-Cs se producirá en la Mesa de la Cámara
Santiago Abascal, presidente de Vox, anunciaba en Twitter al filo de las once de la noche de este miércoles que votará con el PP y Ciudadanos para la formación de la mesa de la Cámara: «Ahora sí: Después de que Cs y PP hayan pedido oficialmente el apoyo de nuestro partido, dando voz y voto en la Mesa para VOX, podemos hablar de acuerdo. La presidencia del Parlamento será para Cs y la mayoría de la mesa será para PP-Cs -VOX, como votaron los andaluces». En otro tuit consecutivo, precisaba: «Un acuerdo que, por el momento, se circunscribe a la composición de la Mesa. Nada más».
Si todo marcha como está previsto y todos cumplimos, es más que previsible que yo sea el próximo presidente de la Junta de Andalucía, había dicho Moreno esta mañana, dejando así caer que lo tiene todo hablado y que solo hay que esperar que nada se quiebre por el camino. Luego añadió que lo que tiene que hacer ahora es «escuchar y dialogar» con Vox para conocer sus exigencias. «Hasta ahora hemos sabido que no quieren entrar en el Gobierno y sí tener representación en la Mesa con voz y voto», dijo. «Vox tiene representación en el Parlamento porque así lo han querido más de 400.000 andaluces, por lo que tenemos que dialogar con ellos, abundó.
Abascal: «A partir de mañana empezaremos a hablar de ese cambio político»
Horas después, tras el encuentro de García Egea y Ortega Smith, el presidente de Vox, Santiago Abascal, había puesto otro tuit, en el que afirmaba: A ver, lo vamos a repetir porque algunos no se quieren enterar: VOX no va a votar un gobierno que no se siente a escuchar y atender a los representantes y las propuestas de 400.000 andaluces. Y después del acuerdo para la Mesa de la Cámara, Abascal insistió en ese mensaje, pero ya en un tono más suave: «Para que apoyemos una investidura, como es lógico, tendrán que escuchar y atender lo votado por 400.000 andaluces. A partir de mañana comenzaremos a hablar de ese cambio político. Estamos convencidos de que los partidos dejarán a un lado extrañas piruetas que hemos visto estos días, y afrontarán esta fase con más seriedad y transparencia que como lo han hecho hasta ahora. VOX reitera que no sera un obstáculo para el cambio, pero tampoco una alfombra».
La mesa del Parlamento
Los pasos que han venido dando PP y Ciudadanos, a pesar de las apariencias, han ido siempre en la dirección de seducir de manera definitiva a Vox. El primero era darle su sitio en la institucionalidad, lo que ya está cerrado, tras el acuerdo anunciado por Abascal. La configuración de la Mesa de la Cámara que perseguía Ciudadanos le hubiera entregado a Vox también la llave, al configurar una mayoría de derechas por 4 a 3.
La presión que ha recibido Ciudadanos desde el PSOE y desde diferentes sectores para no cerrar acuerdos con Vox había comenzado a diluirse el mismo día de navidad, después de la publicación de una foto -fruto de la casualidad o no- de Juan Marín, presidente de Ciudadanos, con Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, el tándem que dirige Adelante Andalucía, en la estación de ferrocarril de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Esa imagen le permitió a Marín abrir negociaciones directas con Vox -y anunciarlas- para la Mesa del Parlamento -y para lo que venga- sin apenas coste político. Al revés, merced a esa estampa, Ciudadanos había aparecido así estos días en relación a las negociaciones sobre la Mesa en el centro del tablero, justo donde quería estar.
«Que Ciudadanos no pretenda limpiarse su vergüenza de pacto con la extrema derecha a costa de Adelante Andalucía»
Sin embargo, Adelante Andalucía reventó esta estrategia de Marín al filo de las diez de la noche cuando envió un comunicado en el que se negaba a participar de acuerdos con la derecha y la extrema derecha y en el que aseguraba que se iban a votar a sí mismos en todas las votaciones, aun a costa de perder su sitio en la Mesa. Nuestra coherencia está por encima de cualquier otra consideración. Que Ciudadanos no pretenda limpiarse su vergüenza de pacto con la extrema derecha a costa de Adelante Andalucía. Les retamos a que presenten candidaturas donde consideren porque nosotros vamos a confrontar tanto con la derecha que representa, como con la del PP y la de sus socios ultras de VOX.
Si a Marín le hubiera salido la jugada que intentaba, hubiera habido en el órgano que dirige y ordena la actividad legislativa 2 diputados del PP, 1 de Ciudadanos -el presidente o presidenta de la Cámara- y 1 de Vox. Mientras, la izquierda se hubiera quedado con 3 puestos, de los que 2 iban para el PSOE, que los hubiera obtenido con sus propios votos tras negarse desde el principio, al igual que ahora Adelante Andalucía, a participar en ningún tipo de acuerdo en el que esté la ultraderecha, y 1 para Adelante Andalucía. Por tanto, para sacar adelante las iniciativas del Ejecutivo de Moreno en el Parlamento, el partido de Santiago Abascal hubiera sido así también decisivo desde el primer momento y hubiera participado de todas las decisiones, lo que venían reclamando desde que se conoció el resultado electoral. Y eso hubiera sucedido con la aquiescencia de Adelante Andalucía.
Pero no le salió. Marín manifestó a Europa Press que sobre las 19,45 horas de este miércoles le había enviado un mensaje a Maíllo insistiendo en que Adelante Andalucía se pronunciara ante su propuesta, dada la necesidad de «preparar el escenario». Maíllo le respondió: «No nos hemos planteado vuestra propuesta. Nos vamos a votar a nosotros mismos porque no queremos ningún acuerdo con vosotros». Entonces, el líder de Ciudadanos, según su relato, envió la respuesta de Maíllo a la secretaria general de Podemos y candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, quien no le respondió. Después de este cruce de mensajes, Marín consideró que el escenario cambiaba por completo, por lo que entablaría contactos con PP y Vox.
Sin embargo, a pesar de este desencuentro, si Vox, PP y Ciudadanos quisieran verdaderamente, podrían darle su sitio en la Mesa a Adelante Andalucía. Si no, se quedará fuera, lo cual supondría una cierta anomalía, porque la coalición de izquierdas y andalucista tiene 17 escaños, 5 más que Vox.
La entrada de Vox en la Mesa y las conversaciones directas con Ciudadanos allanan la investidura de Moreno
La entrada de Vox en la Mesa del Parlamento y las conversaciones directas entre quienes van a ser próximos aliados, Ciudadanos y Vox, entre Marín y el portavoz de Vox en Andalucía, el juez condenado por prevaricación, Francisco Serrano, vendrán de hecho a allanar sobremanera el camino de la investidura de Moreno. Esta triple alianza, entre las derechas y la ultraderecha, acabaría con la hegemonía del PSOE, que en esta negociación se ha mantenido al margen de ningún acuerdo que incluya a Vox y ha tenido, a pesar de haber sido la fuerza más votada y de la intención de Susana Díaz de presentarse a la investidura, un papel nítido de oposición.
Por primera vez en la historia de la autonomía, el PSOE no ha sido decisivo para tomar decisiones en Andalucía. Marín, su aliado de la pasada legislatura, arremetió contra los socialistas por querer una mesa sin Vox, por presentar a Susana Díaz a la investidura y por rechazar cualquier acuerdo que incluya a Vox: «Parece que todavía no se han enterado de cuáles fueron los resultados de las urnas el pasado 2 de diciembre», dijo el presidente de Ciudadanos en Andalucía.