Lunes, 8 de junio.
Creo que la única morada posible para el poeta es la palabra.
Me oculto del lenguaje dentro del lenguaje.
Sin embargo, existe en mí una sospecha de que lo esencial es indecible.
(A. P.)
Acaba de empezar el verano. En esta ciudad el verano empieza justo cuando terminan las fiestas, cuando cesa el ruido de las fiestas, acaban las noches sin dormir de las fiestas y deja de ser tan evidente el desajuste entre sus veinte y mis casi cincuenta en las fiestas. Bienvenido verano. Un bendito verano lento, eso quiero. Un verano como el de la canción, en el que vuelvo a bañarme en el mar, escribo poemas, sigo enamorada de ti… y poco más. Un verano de canciones fáciles, de atardeceres cerveza en mano y pies en la arena, de quehaceres sencillos, un gazpacho por ejemplo, un buen masaje o el amor. Un verano de nohaceres. Sin cobertura. Sin planes que marquen horarios. Sin mirar el calendario. Mirarnos más a los ojos, tomando el aliento del cielo y devolver al firmamento el trozo de tierra que ocupo empapado de sudor. Y cuando llegue el quince de agosto, bailar con mi padre en la plaza al son que toque la orquesta. Y si la música deja, dormir hasta que toquen a misa. Y si no, pues no dormimos. Que para eso somos las hijas y las nietas de Celestino.
Pero hasta que llegue agosto y el pueblo, no quiero más que esto.
Un bendito verano lento.
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Alejandra Pizarnik
-Simplemente, no soy de este mundo… Yo habito con frenesí la luna… No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva… No puedo pensar en las cosas concretas; no me interesan… Yo no sé hablar como todos. Mis palabras suenan extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie… ¿qué haré cuando me sumerja en mis mundos fantásticos y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un “saber volver”. Ni lo querré acaso.
-Heredé de mis antepasados las ansias de huir. Dicen que mi sangre es europea. Yo siento que cada glóbulo procede de un punto distinto. De cada nación, de cada provincia, de cada isla, golfo, accidente, archipiélago, oasis. De cada trozo de tierra o de mar han usurpado algo y así me formaron, condenándome a la eterna búsqueda de un lugar de origen. Con los labios expresamente dibujados para exhalar quejas. Con la frente estrujada por todas las dudas. Con la malicia instintiva de la prohibición. Heredé el paso vacilante con objeto de no estatizarme nunca con firmeza en lugar alguno. ¡En todo y en nada! ¡En nada y en todo!
-Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
-Las imágenes solas no emocionan, deben ir referidas a nuestra herida: la vida, la muerte, el amor, el deseo, la angustia. Nombrar nuestra herida sin arrastrarla a un proceso de alquimia en virtud del cual consigue alas, es vulgar”.
-Palabras. Todo lo que me dieron. Mi herencia. Mi condena. Pedir que la revoquen. Pedirlo con palabras. Las palabras son mi ausencia, en mí hay una ausencia hecha de lenguaje. No comprendo el lenguaje y es lo único que tengo. Este «silencio» de las palabras, de las que digo y escribo, es el horror, el vértigo. Pero ninguna presencia humana se me presenta como evidencia. Amigos y amantes: cuerpos vacíos e indiferenciados. Sólo hay fantasmas que he amado hasta pulverizar mi conciencia.
4 comentarios
Bailaremos y tomaremos una copita y yo estaré al lado de por lo menos DOS GRANDES MUJERES
No existe el verano sin ese pasodoble en la plaza!!! 😘
Vi muchos amaneceres en la plaza con el más Grande,mi padre, ahora un fandango,luego una petenera…
Seguimos honrrandote!!!
Bailaremos.
Qué grande es ser joven
Para poder sentir así
Para pensar siempre en positivo
Para tener ilusión
Para soñar
También a cierta edad
Abrazo