Este domingo, 27 de octubre, todos los españoles se preparan para realizar el habitual cambio de hora que se produce cada año en otoño. A las 3:00h de la madrugada, los relojes se atrasarán una hora, marcando, así, las 2:00h y el inicio del horario de invierno. Este ajuste, que se lleva realizando desde 1918, a excepción de los años comprendido entre 1920 y 1925, y 1930 y 1936, tiene como objetivo aprovechar mejor la luz natural y contribuir al ahorro energético.
Así mismo, otro de los motivos de este ajuste horario es la necesidad de adaptar nuestras actividades diarias a la luz solar. Al atrasar la hora, se busca que las horas de mayor actividad coincidan con las horas de luz. Sin embargo, durante los últimos años hay quien cuestiona esta justificación e, incluso, ha supuesto que se comience a generar la controversia de si es necesario.
A nivel europeo, la cuestión del cambio de hora ha generado un intenso debate. En 2018, la Comisión Europea propuso quitar el cambio de hora estacional, ya que aseguraba que para conseguir eficiencia energética no era necesario realizar dicho ajuste. Una propuesta que fue aceptada por muchos ciudadanos, pues consideran que el cambio de hora afecta negativamente a su salud y bienestar, provocando, sobre todo, trastornos del sueño.
Sin embargo, la decisión de eliminar el cambio de hora no es sencilla. Los Estados miembros de la Unión Europea deben llegar a un consenso sobre si adoptar el horario de verano o el de invierno de manera permanente. Algunos países, especialmente aquellos más al norte, argumentan que el horario de verano les permite aprovechar mejor la luz durante los meses de invierno, mientras que otros prefieren el horario de invierno por su alineación con los ciclos naturales de luz.
España es uno de los países en los que el debate ha cobrado mayor fuerza, así como ha generado opiniones enfrentadas. Algunos expertos sugieren que un horario permanente podría beneficiar la salud y mejorar la calidad de vida, mientras que otros indican que podría conllevar complicaciones, especialmente en términos de sincronización con otros países europeos.
Con opiniones divididas, parece que el debate estará sobre la mesa durante algún tiempo más, pues los españoles tendrán que ajustar sus relojes dos veces al año, por lo menos hasta 2026. Por el momento, hay que quedarse con lo bueno, pues este fin de semana tendremos una hora más para disfrutarla como queramos.
Un comentario
Esperemos que sea uno de los últimos cambios de las manecillas del reloj y volvamos al huso horario que nos corresponde. A portugueses, británicos, irlandeses, islandeses, daneses de las islas Feroe, marroquíes y un largo etc de países africanos, no les va tan mal en el huso horario que nos corresponde.