No podemos perder lo que realmente nos pertenece. Ni aunque lo tiremos.
I Ching
Quedan cuatro días de verano y este es su último lunes. Las tardes van siendo más cortas, el sol se retira antes, las hojas de algunos árboles empiezan a desprenderse y el sábado 23 llegará este equinoccio. Nosotros, como hace el sol, en su fase de recogimiento, también podemos prepararnos para mirar hacia adentro. Y antes de entrar, limpiar. Barrer la puerta de casa y luego las habitaciones. Revisar lo que no sirve, y no tirarlo de golpe sino primero mirarlo. Reconocer lo que trajo, para aquello que sirvió, retirarnos, tomar distancia, mostrar nuestra gratitud y a continuación despedirnos. Hábitos oxidados, ideas envejecidas, derramarnos en la cháchara, identidades postizas, conversaciones insulsas o trabajos sin sentido… Todo nos puede servir de abono, todo. Todo se puede soltar, devolviéndolo a la tierra, transformarlo en nutriente tal vez. Y nosotros seguir la gran danza, con más liviandad, más ligeros, con menos carga accesoria para permitirnos crecer y poder dar espacio a aquello que realmente nos pertenece.
La vida, conscientes o no, nos abre todas sus salas, la pista de baile, el salón… y alterna las melodías. Recorremos sus rincones, recogemos los regalos. Atravesamos sus puertas y, con cada paso del tiempo, nos vamos deslizando hacia una nueva edad más, otra oportunidad, a veces dificultades, en un ciclo vital continuo. Sigamos el ritmo natural. El espectáculo está servido.
Que este lunes sea bueno.
Que estés bien hoy.
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San Juan de la Cruz: Versillos del Monte de Perfección
Para venir a gustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada.
Para venir a saberlo todo,
no quieras saber algo en nada.
Para venir a poseerlo todo,
no quieras poseer algo en nada.
Para venir a serlo todo,
no quieras ser algo en nada.
Para venir a lo que no gustas,
has de ir por donde no gustas.
Para venir a lo que no sabes,
has de ir por donde no sabes.
Para venir a poseer lo que no posees,
has de ir por donde no posees.
Para venir a lo que no eres,
has de ir por donde no eres.
Cuando reparas en algo
dejas de arrojarte al todo.
Para venir del todo al todo,
has de dejarte del todo en todo.
Y cuando lo vengas del todo a tener,
has de tenerlo sin nada querer.
Cuando ya no lo quería,
Téngolo todo sin querer.
Cuanto más tenerlo quise,
Con tanto menos me hallo.
Cuanto más buscarlo quise,
Con tanto menos me hallo.
Cuanto menos lo quería,
Téngolo todo sin querer.
Ya por aquí no hay camino,
Porque para el justo no hay ley;
Él para sí se es ley.
Un comentario
Hoy te leo con otros ojos
Quizá sea el cambio de tiempo
O que lo escrito lo sea como con cierto cansancio
Es que el verano agita y agota.
Habrá que reponer
Abrazos querida filósofa