Llega el verano y este se convierte en el periodo elegido por muchos motoristas de agua para pasar desapercibidos mientras ejecutan «sus respectivos» negocios, desobedeciendo y poniendo en peligro la vida de personas.
Por eso, Guardias Civiles pertenecientes al Servicio Marítimo de la Comandancia de Algeciras ya detuvieron a una persona como presunta autoras de un delito de desobediencia grave a agente de la Autoridad.
Esta detención se produjo cuando los componentes de la patrullera marítima, que se encontraban navegando por la franja litoral de Tarifa en servicio establecido para el control de la inmigración, observaron una moto de agua navegando de forma irregular por lo que procedieron a indicarle el alto reglamentario, haciendo su piloto caso omiso, utilizando las señales luminosas y acústicas de la patrullera oficial. Tras una intensa persecución por el mar ya que el huido no hacía caso a las ordenes de alto, lograron la parada de la embarcación y la detención del piloto de origen marroquí de 24 años.
Además la Guardia Civil no cesa en los controles como tampoco lo hacen las fuerzas marroquíes en sus aguas, en un intento por bloquear los pases de quienes bordean los espigones en cuestión de minutos, no tienen reparo en arrojar al mar a los inmigrantes que cuelan si con ello pueden garantizar su escapada.
Como lo hizo esta moto de agua, que arrojó al agua un sirio que sufrió heridas en las piernas y que si se salvó fue por la rápida intervención de los guardias civiles.
Pero no es el único caso que contar. Este verano, la propia Guardia Civil han recogido a personas en el mar arrojadas desde embarcaciones. Adultos o incluso menores.
La gran cantidad de bañistas y embarcaciones recreativas que hay en el mar, en plena temporada estival, se convierte en el camuflaje perfecto para que quienes se mueven al margen de la ley intenten hacer el negocio del verano.