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Un comentario
Es de vergüenza que en ciudades acogedoras como Tarifa, de pequeño tamaño lo que la hace más encantadora para sus ciudadanos y visitantes por su antigüedad y tesoros medioambientales, haya llegado – hace mucho tiempo lo hizo-, la enfermedad del tráfico de drogas que lleva pudriendo la comarca del Campo de Gibraltar desde los años 80 del siglo pasado. Ya no es el debate de legalización o no de determinadas drogas (lo cual pienso que sería inútil, otras nuevas llegarían para envenenar a nuestra sociedad), es el mal que arrastra el tráfico de drogas que destroza a familias, hace que penetre el fenómeno mafioso y aumenta el peligro de la delincuencia. Contra las mafias de la droga tres son los medios para combatirlas, mucha educación en toda la sociedad y a todas las edades, ayuda para que la economía local se diversifique y haya trabajo, y presión continua de las fuerzas de seguridad del Estado para que los que envenenan todo por dinero entren en razón que el futuro de años en la cárcel no es futuro por mucho dinero que se amase, dinero del sufrimiento y -triste decirlo pero cada vez más común- la muerte.