“Tarifa para vivir”: colectivos y ciudadanía se movilizan en defensa de lo público

Bajo el lema “Tarifa para vivir”, colectivos, asociaciones y vecinos de la localidad han convocado una movilización ciudadana para este viernes 26 de septiembre a las 18:00 horas. El punto de encuentro será la veleta del atún en el paseo marítimo, desde donde se caminará hasta el Mirador del skatepark.

La iniciativa, de carácter vecinal, familiar y apartidista, busca visibilizar el abandono que sufren las infraestructuras públicas y reclamar soluciones tanto a las corporaciones que actualmente gobiernan como a las que lo harán en el futuro.

Los organizadores han difundido además el manifiesto “Tarifa para vivir”, en el que se detallan las problemáticas que afectan a la vida cotidiana en el municipio, junto con propuestas para garantizar servicios y espacios públicos de calidad.

“Lo público es de todas y todos, y debemos defenderlo”, recuerdan desde la convocatoria, que apela a la participación de toda la ciudadanía para dar fuerza a esta reivindicación común.

MANIFIESTO — TARIFA PARA VIVIR

Nos reunimos bajo el lema “Tarifa para vivir”.

No para especular, no para dejarla caer en el abandono. Tarifa para vivir.

Lo decimos porque vivir aquí se está volviendo cada vez más difícil, casi un privilegio para unos pocos, cuando debería ser un derecho para todos.

Hace un año, frente a la amenaza del convenio del Ayuntamiento con Gran Parcela la presión ciudadana consiguió paralizarlo. Lo celebramos como una victoria ciudadana, porque demostró que la unión tiene fuerza, que la voz de la gente puede parar lo que parecía inevitable y que no se perdieran muchos espacios públicos.

Pero un año después, la realidad nos sigue golpeando:

El parque infantil del paseo marítimo lleva meses clausurado. Ahí, donde antes la infancia jugaba, ahora solo se ven vallas y equipamiento oxidándose, y la amenaza de no volver jamás a este lugar.

La piscina municipal permanece cerrada, privando a cientos de personas de un espacio esencial para la salud y el deporte.

El skatepark, el estadio de fútbol, las pistas de fútbol y de tenis…, espacios donde la juventud encontraba un lugar de encuentro, están en el olvido, ajándose día a día.

La Casa de la Juventud, que debería ser un centro cívico vivo, está en ruinas y sin planes conocidos para su rehabilitación.

Las asociaciones culturales y musicales, que tanto aportan a la vida social y comunitaria de Tarifa, carecen de un lugar propio. Ensayan en espacios prestados e inadecuados, cuando la ciudad necesita y merece una Casa de la Música, un espacio digno y estable para la cultura y la convivencia, acorde con la aportación sociocultural que otorgan al pueblo.

La accesibilidad para personas con movilidad reducida sigue siendo muy limitada, como si todavía hubiera ciudadanos de primera y de segunda.

El carril bici debería conectar al menos toda la ciudad, e idealmente debería llegar por la carretera hasta las playas y campings, para promover la actividad física y la vida saludable en todas las edades. Para una movilidad más sostenible»

Barriadas olvidadas: Los pajaritos, El Sol, Santo Domingo de Guzmán, El Cerro, La Riá, El Cable… El casco viejo, reclamo turístico, expulsa a la vecindad.

Calles, plazas y centros educativos siguen sin árboles, sin sombra. El 5 de oros, es una plaza sin alma, desértica, que lleva años esperando que se repongan árboles, donde estaban las palmeras, y pueda ser un espacio sombreado y de encuentro.

¿Qué pasa con el proyecto de los huertos urbanos, tan bonito y necesario para nuestros mayores, hoy en el limbo del olvido?

La gestión de basuras y residuos es deficiente, contenedores desbordados que degradan nuestro entorno urbano, vertidos incontrolados que degradan nuestro entorno natural.

La red de saneamiento es insuficiente, la EBAR vierte aguas residuales cada vez que llueve, afectando a la playa de Los Lances. Este verano se produjeron reventones en las canalizaciones de agua potable, consecuencia de una red envejecida y de la sobreexplotación de un recurso tan básico como el agua. No podemos seguir creciendo sin planificación ni límites, poniendo en riesgo el suministro presente y futuro de la población local.

A todo esto, y uno de los temas más importantes, se suma la vivienda. Tarifa es la segunda ciudad más cara de Andalucía. Comprar o alquilar a un precio justo se ha convertido en un sueño inalcanzable para muchas familias.

Mientras tanto, se levantan promociones privadas a las que no puede acceder gran parte de la ciudadanía. Y las pocas viviendas públicas que se prometen, no llegan.

El PGOU sin actualizar es la excusa perfecta para un urbanismo a la carta, donde se construye sin planificación ni participación ciudadana, a la vez que no hay una política sobre el patrimonio urbano arquitectónico que conforma la identidad cultural de Tarifa, lo cual conlleva la pérdida de un legado histórico y social que debe ser protegido.

Entendemos que las identidades evolucionan y que se debe pensar en el futuro, pero en el futuro de la gente que vive en Tarifa, y no en los intereses particulares de unos pocos.

¿Qué más tiene que pasar para que se actúe con urgencia?

Quienes estamos hoy aquí no rechazamos el cambio. Queremos una Tarifa que cambie, pero que cambie para vivir mejor.

Un frente litoral más bonito y cuidado, sí, pero con servicios públicos y abierto a todos; parques infantiles seguros; instalaciones deportivas vivas; árboles en nuestras plazas; accesibilidad sostenible; proyectos sociales como huertas comunitarias; espacio estable y digno para los colectivos sociales, musicales y para los jóvenes; viviendas a precio justo, y no una ciudad convertida en parque temático para el turismo; un urbanismo planificado y participativo, con un PGOU actualizado que piense en la gente y no en la especulación.

Transparencia en cada decisión.

Esta plataforma no es un partido político. Somos vecinas y vecinos diversos, con distintas ideologías, edades y trayectorias, unidos por lo esencial: queremos vivir aquí, criar a nuestras hijas e hijos aquí, envejecer aquí.

Queremos una Tarifa habitable, justa, solidaria y abierta.

La voz ciudadana tiene fuerza y legitimidad. De ella nacen los gobiernos locales y con ella se sostienen los servicios públicos.

Cuando no se escucha lo esencial, la calle se convierte en el espacio legítimo para expresarnos, encontrarnos y reclamar lo que nos corresponde.

Tarifa es para vivir, no para hacer negocio.

Lo público es de todos, y debemos defenderlo.

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