EL COMENTARIO DEL DIA:
“Tarifeño de pura cepa es que su familia es de Tarifa de antes del boom turístico (1990). El resto somos gente de otros lugares que nos hemos instalado allí. Yo entiendo perfectamente al originario que no quiere perder sus costumbres”.
La manifestación de “Tarifa pa vivir” desata un intenso debate en redes sobre identidad y modelo de ciudad
La manifestación organizada este fin de semana bajo el lema “Tarifa pa vivir” no solo reunió a personas en la calle, sino que también ha abierto un intenso debate en redes sociales. El paseo reivindicativo, que buscaba llamar la atención sobre el modelo de ciudad y la gestión de espacios urbanos y patrimoniales, se ha visto rodeado de comentarios encontrados en torno a la participación ciudadana y la identidad tarifeña.
Todo comenzó con mensajes que ponían en duda la procedencia de los asistentes. “No hay nadie de Tarifa”, apuntó un usuario, lo que desató respuestas inmediatas de vecinos que aseguraban lo contrario: “Todos los que íbamos vivimos en Tarifa y por tanto somos de Tarifa. Te lo dice una nacida aquí que iba con sus dos hijos”, replicó Nuria Gómez Peinado.
La discusión derivó rápidamente hacia el concepto de ser “tarifeño de pura cepa”. Algunos, como Jesús Sáez Urbano, preguntaban cuántos lo eran realmente, mientras otros, como Mariló Rodríguez Chacón y Paco Pizarro, respondían con ironía: “Así está Tarifa”. Por su parte, Melita Mel criticaba esa visión excluyente: “Los que decís: Tarifeños de pura cepa, supongo que vuestros antepasados fundaron Tarifa, ¿no? Qué estupidez más grande”.
Rodrigo Gavilán aportó un matiz histórico: “Tarifeño de pura cepa es que su familia es de Tarifa de antes del boom turístico (1990). El resto somos gente de otros lugares que nos hemos instalado allí. Yo entiendo perfectamente al originario que no quiere perder sus costumbres”.
Otros comentarios, sin embargo, mostraban mayor escepticismo sobre la protesta. “Pues en agosto no había ni un tercio de ese gentío, seguro que es una quedada para algo”, escribió Rosa María Pascual. En esa línea, el perfil “TARIFA De Tarifa” fue aún más crítico: “Con los dedos de una mano no se cuenta 5 de Tarifa. De pura cepa muy poquitos. Y para qué vale si Tarifa está prostituida desde hace más de 20 años”.
También hubo quienes defendieron el patrimonio frente a posibles cambios de uso: “A mis monumentos que no los toquen, que mi ciudad es muy histórica”, advirtió Antonia Guerra. Y mientras algunos preguntaban con curiosidad “¿De qué es la manifestación?” o incluso bromeaban con que parecía “una romería”, el debate continuaba creciendo en tono y alcance.
Entre la ironía, la crítica y la defensa de derechos, lo cierto es que la marcha de “Tarifa pa vivir” ha puesto sobre la mesa cuestiones que van mucho más allá de un simple paseo: ¿qué significa ser de Tarifa?, ¿quién tiene legitimidad para reclamar un modelo de ciudad?, y cómo se debe gestionar el equilibrio entre patrimonio, turismo y vida local.
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