Una cueva de Gibraltar alberga el primer diseño abstracto realizado de manera intencionada por los neandertales que ha sido encontrado hasta ahora. Se trata de un sencillo grabado tallado en la roca de pequeño tamaño, unos 300 centímetros cuadrados: varias líneas cruzadas y paralelas en ángulo recto trazadas en el suelo de una cueva que estuvo habitada por los neandertales, una especie extinta de homínido que convivió con el Homo sapiens. Cuándo dejó de habitar el planeta sigue siendo objeto de debate entre los científicos, que sitúan su desaparición hace entre 41.000 y 24.000 años.
El hallazgo de este grabado supone una nueva prueba de que las capacidades cognitivas de los neandertales han sido minusvaloradas por los paleontólogos durante décadas de estudio de los yacimientos donde se han encontrado restos fósiles de homínidos y de los instrumentos que fabricaban.
Los trazos de la cueva de gibraltareña de Gorham mostrarían, según los autores de este estudio con participación española publicado en la revista Procedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que la capacidad de pensamiento simbólico no era exclusiva del Homo sapiens. «Fue un grabado internacional y simbólico, aunque nunca llegaremos a comprender su significado», explica Juan José Negro, ecólogo de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y coautor del estudio.
Se muestran convencidos de ello porque han descartado la posibilidad de que las marcas, de hasta seis milímetros de profundidad, fueran realizadas de forma accidental, por ejemplo, mientras cortaban carne o piel con instrumentos líticos. Para averiguarlo, imitaron y repitieron distintos procesos utilizando herramientas originales de los neandertales.
REFUGIO EN GIBRALTAR
El territorio que hoy es Gibraltar fue hogar de los neandertales durante los aproximadamente 200.000 años que habitaron la Tierra. Allí y en Bélgica se hallaron los primeros fósiles de esta especie. Pero los alemanes que posteriormente encontraron más restos de este homínido en el valle de Neander fueron más rápidos en publicar su descubrimiento y por eso se bautizó comoHomo neanderthalensis. Recuerda la anécdota el ecólogo Juan José Negro, que subraya que Gibraltar fue «un refugio para los neandertales», pues su clima se mantuvo estable gracias a su cercanía al mar y a su latitud. «Hemos demostrado que la fauna neandertal era muy similar a la que hay ahora en Doñana».