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El nivel del hielo del Ártico ha marcado su mínimo desde que se realizan mediciones, es decir, desde hace treinta años, según ha informado elCentro de Datos Nacional de Nieve y Hielo de Estados Unidos (NSIDC), en colaboración con la NASA.
Así, los datos determinan que el mar Ártico ha perdido más hielo este año que ningún otro desde 1979. Concretamente, la superficie de hielo ártico está actualmente en los 4,10 millones de kilómetros cuadrados, es decir, 70.000 kilómetros cuadrados por debajo del mínimo histórico de 2007. La línea amarilla en la imagen muestra el promedio de reducción del casquete de hielo en las últimas décadas.
Los expertos han señalado que la capa de hielo del mar crece de forma natural durante el frío invierno ártico y se contrae cuando las temperaturas suben en primavera y verano. Pero en las últimas tres décadas, los satélites han observado una disminución del 13 por ciento por década en la medida mínima del verano.
Para los científicos implicados en esos estudios, este dato forma parte de un cambio fundamental, ya que el hielo del Ártico es importante para regular las temperaturas a nivel mundial. De este modo, la NASA ha mostrado su «preocupación» de que el deshielo del Ártico pueda acelerar el proceso del cambio climático.
Además, uno de los autores del trabajo, Joey Comiso, ha indicado que este récord de mínimos se ha alcanzado «antes de que termine la temporada de deshielo en el Ártico», que suele tener lugar a mediados o finales de septiembre. De este modo, los científicos esperan ver una pérdida aún mayor del hielo marino en las próximas semanas.
«UNA LLAMADA URGENTE CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO»
Por otra parte, la organización ecologista Greenpeace se ha referido a esta información y ha señalado que este suceso pide «una llamada urgente a actuar frente al cambio climático». Para la responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace, Aida Vila, este récord es «la gota que colma el vaso de un verano marcado por los impactos del cambio climático en todo el mundo».
«La crisis climática está sucediendo ante nuestros propios ojos y es urgente detenerla si no queremos tener que hacer frente a impactos irreversibles y condenar a las siguientes generaciones a vivir un infierno», ha concluido.