IAM/Redacción El proyecto de construcción de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Tarifa alcanza un grado de ejecución conjunto del 40% de las distintas infraestructuras que componen la actuación, valorada en 9,8 millones de euros y que ejecuta la Junta de Andalucía desde octubre de 2014.
Cuando esté operativa, dará servicio a una población de 30.000 habitantes (contando con los incrementos de la temporada de verano), si bien está diseñada para ampliarse y cubrir las necesidades del municipio de los próximos 25 años, incluyendo enclaves como La Peña, Los Lances y Valdevaqueros.
La directora del proyecto, Carmen Aldana, explicó a este periódico que la parte de ejecución más lenta de las obras, toda la relativa a movimientos de tierra (desmontes y nivelaciones) ya se ha ejecutado, por lo que la administración prevé que el ritmo se acelere ahora durante la fase de obra civil.
Las previsiones iniciales, que se mantienen, apuntan a una conclusión para finales de este año o principios de 2016, momento en el que se iniciará una fase de puesta en marcha (en pruebas) de seis meses antes de alcanzar su máximo rendimiento. De esta forma, si no hay variaciones, la depuradora estará plenamente operativa para el verano de 2016.
El proyecto se compone de tres instalaciones relacionadas entre sí. Por un lado, la estación de bombeo de aguas residuales ubicada junto a la playa de Los Lances en el casco urbano, cuya ejecución ha llegado ya al 40%, se encargará de efectuar un primer tratamiento físico a las aguas con la eliminación de los sólidos más gruesos.
Desde esta instalación, que recopilará las aguas del núcleo urbano, las urbanizaciones La Marina I y II y el polígono La Vega, las aguas residuales serán conducidas mediante bombeo a través de un emisario de tres kilómetros de longitud hasta el Cerro del Pinganillo, donde se construye la planta de depuración, y devueltas una vez tratadas a la estación de bombeo mediante otra conducción que discurre en paralelo a lo largo de otros tantos kilómetros antes de su vertido -bajo todos los parámetros de calidad y depuración legales- al mar.
La ejecución de las dos conducciones está prácticamente terminada, al 90%, según Aldana. Ambas tienen un diámetro de 500 milímetros y para cruzar desde el núcleo urbano hasta el Pinganillo ha sido necesario ejecutar una hinca bajo la carretera Nacional 340. Esta técnica consiste en la instalación de una tubería metálica mediante rotoperforación del terreno que, a su vez, sirve de camisa de la tubería definitiva. Esta doble capa supone, a su vez, una protección ante eventuales roturas de la conducción que discurre bajo la plataforma de la carretera.
Por último, la tercera de las instalaciones es la depuradora en sí. En este caso, las obras van al 20% aunque ya se ha concluido con las tareas más complejas, las relativas al relleno y desmonte del terreno para llegar a las cotas necesarias. Actualmente ya se está hormigonando y se ha iniciado la obra civil. La depuradora es escalable y tiene también un diseño que permitiría la construcción de una tercera línea. Cuando entre en servicio, las aguas tratadas contarán con un grado de calidad y depuración dentro de la normativa vigente (el Real Decreto 509/1996 y el 11/1995 que recogen los parámetros que deben cumplir las aguas tratadas).
El proyecto se financia con cargo al Canon de Mejora de Infraestructuras, después de que la obra fuese declarada de interés de la Comunidad Autónoma, y prevé generar 164 empleos, 146 de ellos en la fase de ejecución y otros 18 en la fase de explotación. Una vez finalizadas las obras será el Ayuntamiento de Tarifa, que ha aportado los terrenos, el que se hará cargo de la explotación y mantenimiento (o bien la empresa concesionaria del servicio).
Actualmente, las aguas provenientes de la red unitaria de saneamiento son sometidas a un pretratamiento antes de ser vertidas al mar mediante un emisario submarino. En este circuito, la depuración se efectuará mediante el bombeo de las aguas hacia la depuradora (con la primera de las conducciones), el tratamiento de las mismas y su devolución a la estación de bombeo con el segundo conducto, que se conectará a su vez con el emisario actual.
La obra cobra máxima importancia dado que eliminará los vertidos del parque natural del Estrecho, una zona especialmente sensible, además de dar cumplimiento a la normativa y directivas de la Unión Europea sobre el tratamiento de aguas residuales.