La Línea de la Concepción (Cádiz), (EFE).- El «Gibraltar Chronicle» es el segundo periódico más antiguo del mundo anglosajón después de «The Times«. Se fundó en 1801 y entre sus reconocidos méritos se encuentra el haber sido el primero que dio la noticia de la victoria inglesa en la Batalla de Trafalgar (1805).
La Línea de la Concepción (Cádiz), (EFE).- El «Gibraltar Chronicle» es el segundo periódico más antiguo del mundo anglosajón después de «The Times». Se fundó en 1801 y entre sus reconocidos méritos se encuentra el haber sido el primero que dio la noticia de la victoria inglesa en la Batalla de Trafalgar (1805).
La edición digital del «Gibraltar Chronicle» era observada hoy por un guardia civil en un bar de La Línea de la Concepción (Cádiz).
«Pero ¿cómo se puede defender esto?», se dirigió sorprendido a sus contertulios. «¿Cómo el Gobierno de la Gran Bretaña puede defender los delitos ecológicos que se están perpetrando en el Peñón?».
Se entendía que la pregunta era por los 70 bloques de hormigón de 3.000 kilos cada uno que el Gobierno de Gibraltar había arrojado al fondo marino en una zona donde pescan desde tiempo inmemorial pescadores españoles, y por los centenares de miles de litros de combustible que las gasolineras flotantes del Peñón trasvasan en el mar a otras embarcaciones, todo ello en una zona declarada de especial protección medioambiental.
A lo que hay que añadir el proyecto «Cape Vantage» (Cabo Privilegiado), que prevé la construcción de 2.500 apartamentos de superlujo, comercios, hoteles, y 15 muelles de atraque para embarcaciones de recreo en terrenos ganados al mar.
La respuesta, unos segundos después, se la dio su propio compañero: «Porque son okupas». Y lo explicó: «En el subconsciente colectivo de esta gente está fijada la idea de que son okupas, que están en un sitio que no les pertenece, que tarde o temprano lo van a devolver, por lo tanto hacemos lo que queremos sin miras al futuro».
Esta conversación se celebra cuando se acababa de celebrar la protesta de los pesqueros en las cercanías del lugar donde se tiraron los bloques y los ánimos en el bar están más excitados que de costumbre.
Tercia el camarero: «Bueno, pero eso le deberá también importar a los gibraltareños que se consideran de aquí, a los ‘llanitos'».
Sonrisas en los tertulianos. El dueño del establecimiento, avezado en datos económicos, lo explica: que si «paraíso fiscal» que si no hay prácticamente paro, que si ganancias del juego en la red, que si realizan las compras en España les devuelven el IVA, que si 7.000 gibraltareños viven en España y no pagan impuestos…
-«Pero también ellos dan trabajo a los españoles ¿no?».
-«Sí, a los cerca de siete mil que trabajan en el Peñón. Pero si no existiera la colonia seguro que nosotros viviríamos mejor. Cerca de un 40 por ciento de paro aquí y un 1 por ciento en Gibraltar. Esa diferencia no hay quien la soporte».
«En definitiva -resolvió el guardia civil frotando ostensiblemente el índice y el pulgar- al final todo va a ser cuestión del maldito dinero».
Miguel Ángel del Hoyo
(Agencia EFE)