Con el periodo veraniego oficialmente cerrado, el balance de personas que han intentando alcanzar las costas españolas ha vuelto a reflejar que la inmigración constituye una de las principales atenciones de los servicios de rescate.
Las emergencias coordinadas por los Centros de Salvamento Marítimo de Tarifa, Cádiz y Algeciras evidencian que la buena climatología durante los meses de junio, julio y agosto ha vuelto a aventurar a centenares de inmigrantes subsaharianos a intentar este cruce ilegal.
Según la estadística facilitada por la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR), entre junio y agosto se han producido 64 emergencias relacionadas con balsas, pateras u otros artilugios marítimos en los que iban los inmigrantes.
Estas emergencias se han saldado con el rescate de 2.120 inmigrantes (1.422 por SASEMAR y 698 por unidades de Marruecos) y sólo con un caso de fallecido o desaparecido.
Las cifras contrastan con los 1.413 rescatados durante 2013 en 78 emergencias (un 66 por ciento menos), con tres muertos o desaparecidos, y los 160 rescatados en 2012 en 23 emergencias, sin muertos.
La colaboración entre España y Marruecos ha permitido este año incrementar los controles en la zona, aunque agosto fue especialmente complicado con el rescate de 1.269 inmigrantes por parte de SASEMAR y otros 219 por la Marina Real marroquí.
La distancia más corta del Estrecho de Gibraltar es desde la Punta de Oliveros en Tarifa (Cádiz) hasta Punta Cires (Marruecos) con 7,8 millas (14.4 kilómetros) y el factor fundamental son las corrientes que han llegado a superar los siete nudos en periodos de mareas vivas.
Las corrientes en el Estrecho son generalmente de dirección este (levante) ya que predomina la influencia que tiene el aporte de agua desde el Atlántico al Mediterráneo por la alta evaporación de este ante las propias corrientes por diferencia de mareas, según los datos facilitados a Efe por Salvamento Marítimo en Tarifa (Cádiz).
Todas estas influencias, así como la especial orografía costera y del fondo del mar en la zona, hacen frecuentes las corrientes de diferentes intensidades y sentido así como diferentes temperaturas.
La mayor autopista marítima del mundo, como se considera el Estrecho de Gibraltar, ha vuelto a ser este año un trasiego constante y continuo de embarcaciones, algunas de las cuales han tenido que pagar un peaje con vidas, es decir, el peor de los peajes.