Así ha ocurrido con la calle Guzmán el Bueno, que hace más de dos años fue cerrada al tráfico debido a un informe de un técnico en Seguridad Vial que alertaba de los graves peligros que corren los peatones al circular por una calle en donde las aceras no reúnen la anchura suficiente para rodar un carrito de bebé o una silla de minusvalorados incluso, por tramos, peatones, por lo que estos se ven obligados a circular por la calzada, agravándose el peligro al existir puntos ciegos para los conductores.Además del informe técnico referido, se estudió también el impacto en la circulación y se llegó a la conclusión de que no afectaba para nada, pues a los pocos garajes vecinales que existen no les afecta el cierre y a la barriada Ordoñez, que es donde desemboca la calle, se llega por la calle María Coronel y tampoco existen aparcamientos, por lo que no grava el problema asfixiante de aparcamientos que existe en el centro de Tarifa.
Hay que recordar que al ser cerrada al tráfico rodado, esta calle, llena de bares, que aún hace más peligrosa la conducción de vehículos, adquirió un importante auge denominándose por la ciudadanía “la calle del tapeo” con el consiguiente beneficio para las empresas que al aumentar sus ventas, también aumentan los puestos de trabajo tan necesarios en un municipio que vive del turismo.No se sostiene ni se entiende la reapertura al tráfico rodado cuando la calle de la Virgen de la Luz, que se cerró en las mismas fechas y sin informe técnico, sigue cerrada al mismo y esa calle fue peatonalizada para beneficio de los peatones y de los negocios y con el fin de empezar poco a poco a peatonalizar el centro histórico.
El tripartito vuelve a tomar decisiones erróneas que no sabemos a qué obedecen, si no es solamente a hacer lo contrario que se estaba haciendo, aunque eran decisiones adecuadas y ahora se da marcha atrás en un claro error y perjuicio para los ciudadanos y empresas allí ubicadas.