TCAM-COMARCA/REDACCIÓN
Cerca de 82.000 aves de 30 especies distintas han cruzado el Estrecho de Gibraltar desde el África a Europa para establecer sus zonas de crías en el mismo, según el censo que la Fundación Migres ha realizado desde el 1 de febrero hasta este jueves 31 de mayo, desarrollando de esta manera el programa ‘Migres primavera 2012’ de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta para el seguimiento científico a largo plazo de los patrones migratorios de las aves.
Según la Fundación Migres, en esta campaña primaveral, se han contado 82.000 aproximadamente de 30 especies distintas, gracias a las 120 jornadas de censo que se han llevado a cabo mediante el trabajo de los técnicos y coordinadores de la Fundación.
De esta manera, frente a los 63.791 aves de 25 especies distintas de la campaña primaveral de 2011, en esta edición se han contado más de 18.000 ejemplares más, lo que supone alrededor de un 22 por ciento más.
Sin embargo, la especie «que con mucha diferencia» más se ha registrado a su paso migratorio de África a Europa para establecer sus zonas de crías ha sido el milano negro, «con más de 40.000», un hecho que coincide con la campaña de 2011, cuando también la misma especie fue la que más cruzó el Estrecho, con 28.216 ejemplares.
Por contra, una de las especies menos detectadas, aunque «muy relevante» por su grado de amenaza, es el alimoche común, «con 470 ejemplares censado», según ha indicado la Fundación Migres.
Los puntos desde los que se realiza anualmente el seguimiento son dos, el observatorio de Cazalla, situado cerca de la localidad de Tarifa, y el observatorio de Punta Carnero, próximo al faro del mismo nombre en Algeciras, ambos en la provincia de Cádiz.
EL ESTRECHO, PUERTA DE ENLACE
El Estrecho de Gibraltar es durante la primavera uno de los lugares más importantes para la entrada de aves a Europa y el lugar idóneo para el estudio de la migración de numerosos grupos de animales. Por su estratégica situación, separando dos continentes y conectando dos grandes masas de agua, el Estrecho funciona como puerta de enlace para muchas especies de aves migratorias.
Las aves migratorias de Europa Occidental que tras criar comienzan la denominada migración otoñal y su viaje hacía el sur, se encuentran con una barrera difícil superar, el mar. De la misma manera, una vez finalizada la época invernal, aquellas supervivientes que retornan a sus zonas de cría durante la migración primaveral deben afrontar de nuevo el gran salto en una zona donde el continente europeo y el africano llegan prácticamente a tocarse.
La inclusión del seguimiento primaveral en el Programa Migres, materializada en 2007, permite estudiar de manera global la evolución de las poblaciones de rapaces y cigüeñas de España y del resto de Europa Occidental, así como realizar un seguimiento a largo plazo del fenómeno migratorio en el Estrecho de Gibraltar. Además, permite conocer de esta manera la fenología de las aves, sus patrones horarios, rutas de entrada y tiempos de estancia en los cuarteles de invernada; y obtener «sólidas» estimaciones sobre las cifras totales de ejemplares que utilizan este estratégico paso en sus movimientos migratorios, contribuyendo de esta manera a garantizar su conservación.
La mayoría de las especies de aves rapaces que cuenta la Fundación Migres a su paso por el Estrecho de Gibraltar se establecen durante el invierno en la zona del Sahel occidental, al que llegan tras cruzar la barrera del desierto del Sahara, y utilizan como cuarteles de invernada los países de Mauritania, Senegal, Gambia y Guinea, entre otros.
En el viaje de regreso hacia Europa, al inicio de la primavera, las aves migratorias siguen su impulso de regresar al lugar del que proceden para alimentarse y reproducirse, llegando incluso algunos ejemplares a criar en el mismo árbol en el que nacieron.