Flamencos desde mi ventana en Tarifa: una lección de convivencia

ES LA FOTO DEL DIA: Las imágenes captadas por el fotógrafo de fauna Daniele Dell’Osa nos regalan hoy una de esas escenas que parecen irreales: un grupo de flamencos descansando plácidamente a escasos metros del pueblo de Tarifa, entre la luz dorada y la quietud del agua. Una visión tan cercana como extraordinaria, que nos recuerda que vivimos en un lugar donde la naturaleza aún respira junto a nosotros.

Tarifa no es un punto cualquiera del mapa. Es confluencia de dos parques naturales, el del Estrecho y el de Los Alcornocales, y además forma parte de una Reserva de la Biosfera. Esa condición única la convierte en un espacio donde el mar, el viento y la vida salvaje comparten frontera con nuestras casas, nuestras calles y nuestra rutina.

Ver flamencos tan cerca del casco urbano no debería ser solo motivo de asombro o belleza, sino también de conciencia. Estos animales, que cruzan el Mediterráneo y descansan aquí en sus rutas migratorias, eligen Tarifa por lo que todavía conserva: tranquilidad, alimento y refugio. Su presencia es una muestra de que, pese a la presión humana, la naturaleza aún confía en nosotros.

Esa confianza nos compromete. No se trata de vivir enfrentados —personas contra fauna, desarrollo contra conservación—, sino de entender que compartimos territorio. Los flamencos, las aves marinas, los peces, los árboles… todos somos parte de un mismo equilibrio. Ellos dependen de nuestro respeto, y nosotros dependemos de su permanencia.

Tarifa es un recordatorio vivo de que no estamos solos en este paisaje. Somos solo uno más entre sus habitantes, y si aprendemos a convivir sin extremos, sin prohibir por sistema pero con responsabilidad, podremos seguir contemplando escenas como la que hoy nos regala la cámara de Daniele Dell’Osa: la naturaleza en paz, tan cerca que casi podríamos tocarla, recordándonos quiénes somos y dónde vivimos.