Una decena de músicos de varias nacionalidades y supremas habilidades improvisando sobre un escenario junto a una playa de arena dorada y aguas cristalinas, frente a ellos una pequeña multitud de seres danzantes que hablan tantos idiomas como la mirada permite.
Pies descalzos, bermudas o faldas cortas es el vestuario aconsejado, cerca de la tierra, poca ropa y cerveza fría y esculturas de madera maciza que recuerdan de donde venimos.
Si esto lo hubiera encontrado en mis viajes por el continente americano hubiera vuelto, pero a verdad es que pasa en mi pueblo, en Tarifa, en esa Tarifa que sueña cualquier visitante, turista, local o curioso que se precie.
Tarifa no debe perder esta esencia, esa magia en la que la música manda y empapa el ambiente de una energía que hace brotar sonrisas abiertas.
Es sin duda más que recomendable, es imprescindible acercarse a la Jam del Afrikana los martes antes del ocaso, la música en directo acaba con el día, a las 00:00 h, así que hay que llegar tempranito, una razón más para sumar.
Quizás sea el ideal de un anuncio de cervezas veraniego, pero la realidad es que no hay trampa ni cartón, es algo auténtico y vivo, camino de las leyendas del Bienestar o Jaima….