Me duele. Me duele mucho ver cómo humillan a Tarifa, cómo desprecian a sus habitantes y a su futuro sin disimulo… y aquí no pasa nada.
Las declaraciones de Gerardo Landaluce, presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras —y hermanísimo del alcalde algecireño— son una bofetada a la dignidad de este pueblo. No lo digo yo, lo dijo él mismo: “En respuesta a críticas de la Federación de Empresarios de Tarifa, ha precisado el reparto competencial: la ordenación del tráfico fuera del recinto portuario corresponde a la Policía Local y a la Guardia Civil”. Traducido: “me da igual lo que ocurra fuera, que se apañen los tarifeños”. Un detalle más, un titular de Europa Sur «El sindicato de la Policía Portuaria denuncia que el cuerpo cuenta con solo tres agentes en Tarifa en la OPE».
Ese es el nivel. La indiferencia elevada a norma. El desprecio convertido en política. La humillación como rutina.
En mi anterior opinión (te dejo un enlace abajo) ya apuntaba que Tarifa, además de usada, pagaba la factura sin siquiera recibir respeto, hoy queda demostrado.
No olvidemos nuestra historia milenaria, el escudo de Tarifa sentencia «Sed fuertes en la guerra» («Estote Fortes in Bello»)…y ni la damos. Conmigo no cuentes, yo me pringo, pero no soy el único, recopilo comentarios de otros tarifeños que firmaría yo mismo….
El plan está claro: colapsar Tarifa, ahogarla cada verano, forzar la ampliación del puerto y su acceso directo por la Caleta, una zona protegida que hoy parece más frágil que nunca frente a la maquinaria de intereses que nos gobierna. Y lo peor: nada de esto se disimula ya. Nos lo dicen a la cara. Nos pisan, nos ridiculizan, y sonríen mientras lo hacen.
La OPE, esa “operación de Estado”, ha dejado a Tarifa fuera del Estado. Ni refuerzos, ni medios, ni soluciones. Solo coches, chalecos amarillos para recibir y parar a los visitantes, colas, bocinas y caos para un pueblo que no puede digerir —ni por espacio ni por seguridad— más de un millón de pasajeros embutidos en dos avenidas y media con un solo semáforo en toda la ciudad. Una condena anual que rompe nuestra convivencia, nuestra economía local y nuestra identidad…y aquí no pasa nada.
Y mientras, algunos sueñan con hacer de Tarifa una “Costa del Sol II”, un simple desahogo para Algeciras, un destino prostituido por intereses que no son nuestros. Hasta el puerto de Tarifa, que es de Tarifa y de los tarifeños, parece que se lo han apropiado, como si nos sobrara la voz o nos faltara derecho.
El segundo puerto más grande de Europa está ahí, en Algeciras, perfectamente equipado con una autovía y acceso directo para asumir la OPE. Pero aquí se prefiere sacrificar a Tarifa, estrangular su verano y sembrar la semilla de un futuro hipotecado.
¿De verdad nadie lo ve? ¿De verdad nadie lo frena? Si esto no se para o no se organiza con sentido, Tarifa se va a la mierda.
Y entonces, cuando sea tarde, cuando lo que quede de este pueblo sea solo un escaparate vacío, alguien mirará atrás y recordará que fuimos advertidos. Pero hoy, todavía hoy, seguimos en silencio.
«Estote Fortes in Bello». Sed fuertes en la batalla. Porque la humillación de Tarifa ya ha comenzado, que no cuenten con mi silencio.
ANTERIOR OPINIÓN
Carta abierta a la Autoridad P de Algeciras. Por Un hijo de Tarifa
