Han sido los responsables municipales, de todo signo partidista, los que han definido las prioridades: agua, luz, alimentos, herramientas para el desescombro y equipos para localizar, rescatar e identificar cadáveres
Las tragedias exhiben lo mejor y lo peor de la clase política. Escuchamos estos días desafortunadas declaraciones de todo signo: el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón dando por acabada la DANA el martes por la tarde justo cuando estaba llevándose por delante a media comunidad autónoma; la consellera de Turismo, Nuria Montes, pidiendo de mala manera a los familiares de los muertos que no fueran a la morgue; o la ministra de Defensa, Margarita Robles, que pese a sus años de experiencia no dudó en criticar al gobierno autonómico cuando no tocaba. Tampoco el estilo azucarado de Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo que nos tratan como menores de edad ayuda mucho.
Las únicas voces sensatas que hemos escuchado estos días han sido las de los alcaldes que han dejado algunos minutos el pico y la pala para reclamar una ayuda que ha tardado una eternidad en llegar. Mientras, los gobiernos estuvieron horas entretenidos en repasar la cronología del martes antes de enviar a los bomberos a eso que llaman pedantemente la zona cero.
Han sido los responsables municipales, de todo signo partidista, los que han definido las prioridades: agua, luz, alimentos, herramientas para el desescombro y equipos para localizar, rescatar e identificar cadáveres. Como explica esta magnífica crónica de los periodistas de Levante, han sido ellos los que han conseguido un mayor despliegue del Ejército, quizás la institución mejor preparada para dar lo que se necesita. Llevo años pensando, y últimamente me atrevo a decirlo en voz alta, que para ocupar cargos de responsabilidad política debería ser obligatorio haber sido alcalde o pasar por la vida municipal.
Y, en este contexto, dejo para otro día al periodismo narcisista que en plena tragedia se dedica a fabricar clickbaits con informes fake para en el párrafo siguiente suplicar una suscripción. Ay no, que buscan socios que se unan a su causa contra Mazón.