En el Campo de Gibraltar padecemos un problema especialmente grave para reducir las listas de espera porque no se contratan los especialistas que necesitamos y van aumentando los tiempos de espera para los pacientes cuando no se sustituyen los facultativos que están de baja o se marchan de vacaciones.
Marea Blanca Tarifa lleva meses denunciando los 9 meses de espera para la primera consulta del médico rehabilitador que viene un día a la semana al Centro de Salud y ahora la situación va a empeorar mucho más para los pacientes que están esperando porque el facultativo está de baja hasta febrero y no está siendo sustituido, denuncia en una nota de prensa.
El día 10 de diciembre, en el Día de los Derechos Humanos se quiere hacer hincapié en el hecho de que la salud y la asistencia médica son derechos humanos que las autoridades sanitarias están vulnerando. El exceso de tiempo en las listas de espera se suele utilizar como un indicador de calidad en el acceso al sistema sanitario público.
En Andalucía no se están cumpliendo los tiempos máximos que garantiza la ley, estos son: 60 días para acceder a consultas, 30 días para pruebas diagnósticas y entre 90-180 días (dependiendo del tipo de intervención) para intervenciones quirúrgicas. Los profesionales sanitarios alertan de que el progresivo deterioro de la situación puede convertirse en un drama debido a los serios riesgos de mortalidad de los pacientes en la espera generada.
También se denuncia que tanto la Administración andaluza como la estatal han dejado de publicar datos actualizados de la situación de las listas de espera. La última información recabada del sistema de información de listas de espera en el Sistema Nacional de Salud data del 31 de diciembre de 2017, y la situación en Andalucía era ya alarmante.Esto es un signo evidente de que algo no funciona o no se está haciendo bien. Los recortes y un déficit de gestión son las principales causas, y exigen a los políticos y gestores responsables soluciones a medio y largo plazo.
Para empezar, se solicita acabar con el cierre de las agendas y que se acabe con las citas diferidas como mecanismo de maquillaje de la situación real. Gracias a este mecanismo la Administración oculta el número real de pacientes y el tiempo que llevan en las listas de espera
