El embajador de España en Rabat, Alberto Navarro, ha destacado la propuesta de «hacer cada vez más cosas juntos» con Marruecos, en referencia a la visita que el rey Juan Carlos I realiza a Rabat. Navarro pone como prueba el éxito de la experiencia de comisarías conjuntas en Algeciras y Tánger, la implantación de oficiales de enlace en aeropuertos españoles y marroquíes, o el asesoramiento que presta España en materia de seguridad nuclear. Juan Carlos I y Mohamed VI pasaron ayer sus primeras horas juntos en Rabat, en un ambiente de máxima cordialidad y entendimiento, que se traduce en los diversos gestos de deferencia mutua que ambos monarcas han tenido a la hora de preparar esta visita del monarca español, que estará cuatro días en Marruecos. El jefe del Estado español llegó esta tarde al aeropuerto de Rabat, acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para un viaje considerado muy importante, no sólo porque es el primero de don Juan Carlos tras su operación de hernia discal del pasado 3 de marzo, sino porque se celebra en un momento especialmente afortunado de las relaciones entre ambos países. Al hecho de que sea la primera ocasión en que un jefe de Estado extranjero visita Marruecos en Ramadán, por expreso deseo del monarca anfitrión, se suman otras señales significativas, como la prolongación hasta el próximo jueves de un viaje que en principio sólo se preparó para tres días. Todo ello, indica Navarro, sin contar el enorme potencial económico que presentan las relaciones recíprocas, traducido no sólo en un notabilísimo aumento del comercio, cuando España acaba de desbancar a Francia como primer socio comercial del país, sino también las enormes posibilidades que Marruecos puede ofrecer a las firmas españolas. «España es la puerta de Marruecos a Europa y Marruecos la puerta de Europa hacia África», explica Navarro para hacer ver que el refuerzo de los vínculos que se pretenden con la visita del Rey va mucho más allá del mantenimiento de unas buenas relaciones de vecindad.