La tasa se calcula siguiendo el indicador europeo AROPE, que combina distintas variables que van desde los ingresos o la intensidad en el empleo hasta la capacidad de los hogares para afrontar determinados gastos, como mantener caldeada la casa en invierno o pagar a tiempo los recibos. Según el desglose del INE, de ese 27,3 por ciento de la población en riesgo, el 20,4 por ciento está directamente en riesgo de pobreza, el 6,2 por ciento se encuentra en una situación de privación material severa y el 15,7 por ciento está afectada por baja intensidad en el empleo. Por colectivos, repunta la pobreza infantil, que afecta ya al 31,9% de los menores de 16 años. En 2010 la tasa alcanzó su punto álgido con un 32,6 por ciento y comenzó a bajar durante los dos años siguientes hasta quedarse en un 31,4 por ciento en 2012, cinco décimas menos que en el año posterior. También crece el riesgo en la población comprendida entre 16 y 64 años de edad, pasando del 29 al 29,5 por ciento en un año. La tasa para este colectivo era del 23 por ciento en el año 2009, siendo así el que ha expertimentado un mayor aumento durante el último lustro en España. Por el contrario, desciende un 2% la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social entre las personas mayores de 65 años y se queda en un 14,5% en 2013 frente al 16,5 registrado en el año anterior. En total, la tasa en los mayores ha disminuido un 10,4 por ciento entre 2009 y 2013. La tasa de riesgo de pobreza y exclusión social no afecta a todos los ciudadanos por igual, se registran tasas más altas entre quienes se quedaron en estudios primarios o por debajo (25,1%), en los hogares monoparentales con hijos dependientes a cargo (38%) y entre las personas en paro (39,9%). No obstante el 8,5 por ciento de las personas con educación superior y el 11,7 por ciento de los trabajadores en activo en 2013 se encontraban en por debajo del umbral de la pobreza. Atendiendo a la nacionalidad, el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza fue el año pasado el 16,5% para los españoles, del 35,1% para los extranjeros de la Unión Europea (UE) y del 47,8% para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la UE.POBLACIÓN EN RIESGO DE POBREZA Además de los resultados del indicador europeo AROPE, el INE ofrece su propia estadística de población en riesgo de pobreza, una tasa que se calcula atendiendo al nivel de ingresos tomando como referencia la mediana nacional y que no mide pobreza absoluta, sino desigualdad. Se considera que una persona está bajo el umbral cuando percibe menos del 60% de la mediana, es decir, en 2013, 17.040 euros al año para una familia de dos adultos con dos hijos. Desde esta perspectiva, la población en riesgo de pobreza se redujo el el año pasado respecto del anterior: afectó al 20,4% de la población residente en España, cuatro décimas menos que en 2012, especialmente por la reducción del 2,1 por ciento en la tasa de las personas mayores de 65 años. No obstante, la pobreza infantil alcanzó al 26,7 por ciento, siendo 6,3 puntos superior a la del conjunto de la población. El INE explica que al introducir en este cálculo de la renta el valor de la vivienda en la que reside el hogar, la tasa de riesgo de pobreza se reduce hasta el 18,7% en el año 2013. La población mayor de 65 años, que en mayor proporción es propietaria de su vivienda, presenta así el menor porcentaje de riesgo de pobreza (6,8% en 2013). Por su parte, el mayorse da entre los menores de 16 años (27,2%). Los datos de ingresos más elevados (correspondientes al año 2012) se dan en País Vasco, Comunidad Foral de Navarra y Comunidad de Madrid. Por su parte, los ingresos medios más bajos se encuentran en las comunidades de Extremadura, Región de Murcia y Andalucía. En cuanto a las tasas de riesgo de pobreza, las más elevadas se dan en Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. Las más bajas, por el contrario, en Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y Comunidad de Madrid. Según la Encuesta de Condiciones de Vida, el 16,9% de los hogares españoles llega «con mucha dificultad» a fin de mes, un 3,4% más que en 2012. Además, el 41% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (0,4% menos), el 45,8% no se puede permitir ir de vacaciones fuera de casa una semana al año y el 9,3% tiene retrasos en los pagos a la hora de abonar los recibos de la vivienda (0,9% más que en 2012).