«No nos consta», ha sido la escueta respuesta de la ministra, al ser preguntada por la prensa si, tras la llegada de más de 100 migrantes a Ceuta en las últimas horas tras bordear los espigones fronterizos con la ciudad autónoma, el Gobierno teme que el país vecino esté levantando la mano para presionar a España.
La relación con Marruecos atraviesa un momento de tensión a raíz de la decisión del Ejecutivo de acoger en España al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para que pudiera recibir tratamiento médico contra la COVID-19 en un hospital de Logroño.
El Gobierno ha asegurado que actuó por razones estrictamente humanitarias, que sin embargo no han convencido al reino alauí, que como primera respuesta convocó al Ministerio de Exteriores al embajador español en Rabat, Ricardo Díez-Horchleitner, el pasado 22 de abril para pedir explicaciones.
Días más tarde, González Laya sostuvo que se habían dado «las explicaciones oportunas» a Rabat después de que su homólogo marroquí, Naser Bourita, planteara en una entrevista al Gobierno español si estaba dispuesto a sacrificar su relación con Rabat por este asunto.
RABAT AVISÓ DE CONSECUENCIAS
Por último, en la escalada verbal en la que la ministra de Exteriores ha buscado no entrar hasta ahora, el Gobierno marroquí publicó un duro comunicado el 8 de mayo en el que avisaba a España de que extraería «consecuencias» del ‘caso Ghali’, que González Laya no quiso comentar.
El Ministerio de Exteriores marroquí afeó particularmente la decisión del Gobierno de no informar de antemano a Rabat, lo cual «no es una simple omisión», sino «un acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana de España, de la que Marruecos toma nota» y de la que «extraerá todas sus consecuencias».
Igualmente, puso en tela de juicio los motivos humanitarios que sustentarían la presencia de Ghali en suelo español, subrayando en particular que el también presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tiene causas pendientes con la justicia española y no ha sido detenido por ahora y que su ingreso se hiciera presuntamente con identidad falsa.
Marruecos dejó claro que «la preservación de la asociación bilateral es una responsabilidad compartida, que se nutre del compromiso permanente de salvaguardar la confianza mutua, una cooperación fructífera y la salvaguarda de los intereses estratégicos de dos países».
El nuevo pulso diplomático entre los dos países se produce cuando aún está pendiente cerrar con Marruecos la fecha para la Reunión de Alto Nivel. La cita estaba prevista para el pasado diciembre pero fue aplazada por la pandemia. Inicialmente se apuntó a su posible celebración en febrero o marzo, pero a día de hoy sigue sin haber fecha prevista.
Desde el Ejecutivo se ha insistido repetidamente en que la relación y los contactos son fluidos, con conversaciones en las últimas semanas de ministros con sus pares marroquíes, y que la cumbre se celebrará cuando las circunstancias sanitarias lo permitan.