NOTICIA COMENTADA
«Las costuras del alma» y «Venimos de vuelta» ganan el Concurso del Carnaval de Tarifa en una noche mágica (galería)
El comentario del día
VAMOS A ESCUCHAR
Es necesario hacer una reflexión tras el concurso de Carnaval de Tarifa. Empecemos por las agrupaciones que participan en él. Son diversas las razones por las que contamos con tan pocas agrupaciones, desde la falta de interés hasta la rivalidad entre ellas. Y aunque la competencia sana siempre ha existido y es positiva, hay quienes se dedican a destruir en lugar de construir, perjudicando así el espíritu del Carnaval.
Antes, el teatro era un lugar especial, donde se vivía la emoción de una manera única. Ganara quien ganara, el ambiente era distinto. Sin embargo, con el tiempo, todo se ha ido perdiendo. Algunas agrupaciones parecen actuar como si estuvieran en otro pueblo, cuando en realidad las agrupaciones locales merecen un trato digno. Mientras tanto, las agrupaciones de fuera han recibido un trato diferente, como si valorar a las locales pudiera restar mérito a otras. Esto ha generado una frialdad que ha ido en aumento hasta llegar a un punto en el que el concurso ya no se siente igual.
Las condiciones tampoco ayudan. Las agrupaciones de fuera no cuentan ni siquiera con un simple espejo en la plaza de abastos para maquillarse, ni con alguien de la organización que las reciba. Los camerinos son fríos y solitarios, y los tiempos de espera son interminables. No es justo que haya agrupaciones que deban cantar a las 00:15 h y terminen haciéndolo a las 2:30 h de la mañana.
Además, la programación del concurso en días laborales (lunes, martes y miércoles) no favorece la participación, ya que los fines de semana las agrupaciones tienen compromisos en los carnavales de sus propios pueblos. Y luego, el Carnaval de la calle en Tarifa se coloca en un fin de semana distinto al de otros pueblos, lo que provoca que muchos visitantes vengan solo a beber, en lugar de vivir el verdadero espíritu del Carnaval.
Debemos reflexionar y recapacitar. Aquellos carnavales de antaño eran muy distintos, mucho más auténticos y cercanos. Ojalá podamos recuperar esa esencia y volver a disfrutar del Carnaval como un verdadero pueblo.