Halloween: Origen y curiosidades

Como cada año, hoy 31 de octubre se celebra la Noche de las Brujas, Noche de los muertos, o más comúnmente conocida por el mundo anglosajón como la fiesta de Halloween. Pero… ¿Qué se sabe realmente sobre el origen de esta celebración?

A pesar de que hay muchos detractores de incorporar esta fiesta norteamericana a nuestras costumbres,  cada vez son más las personas que salen a las calles durante esta noche para celebrar una tradición en la que niños y adultos pueden divertirse juntos y pasar una velada de fiesta de disfraces de terror. Consulta aquí las actividades preparadas con el motivo de esta fiesta en Tarifa.

 

Origen y significado

El término Halloween data aproximadamente de 1745, pero su origen se remonta a siglos atrás, incluso antes de Cristo. Proviene de una tradición de origen celta más parecida a las celebraciones rituales que a la fiesta de disfraces, dulces y calabazas que todos conocemos.

Los antiguos pueblos celtas celebraban cada 31 de octubre una fiesta a la que denominaban Samhain, que en gaélico significa “el final del verano”. Entre otras cosas, el último día de octubre marcaba el fin de la época de cosechas, el equinoccio de otoño y el cambio de estación, por lo que el Samhain se erigió como la festividad más importante de la Europa pagana.

Con el paso del tiempo, la extensión de esta fiesta y la mezcla cultural propiciaron que se hicieran habituales otras prácticas que han llegado a la actualidad. A los festines, fuegos y máscaras se sumó el hábito de colocar una vela encendida en las ventanas para ayudar a los muertos a “encontrar su camino” o la costumbre de dejar comida y dulces fuera de las casas a modo de ofrenda. También se hicieron comunes platos como el colcannon, hecho con puré de patata y coles, y se popularizaron las manzanas, que los más jóvenes se pelaban dejando caer la piel al suelo y así leer en ella el nombre de su futura pareja.

 

El símbolo de la calabaza

La clásica calabaza de Halloween tiene su origen propio en Irlanda. Cuenta la leyenda que Jack O’Lantern, un irlandés de dudosa reputación por su afición al alcohol, su egoísmo y tacañería, tuvo un encuentro con el Diablo la noche del 31 de octubre, del que consiguió escapar, siendo el propio Jack quien le atrapó con la ayuda de algunos crucifijos. Pasaron 10 años, y como el Diablo no conseguía escapar tuvo que hacer un pacto con Jack. Éste nunca se llevaría su alma si a cambio le liberaba de su prisión. El irlandés aceptó, quitó los crucifijos y el Diablo escapó.

Llegada la hora de la muerte de Jack O’Lantern, su alma no podría ir al cielo ya que su vida estaba llena de pecados, pero tampoco tendría lugar en el infierno ya que allí se encontraba el Diablo y aún seguía vigente su promesa. Jack quedó entonces condenado a una eternidad que restaba en ninguna parte. El Diablo en señal de burla le entregó un carbón encendido para que vagara eternamente por la oscuridad. Jack colocó este carbón dentro de un nabo, pero con el tiempo fueron los propios irlandeses los que decidieron cambiar su leyenda, y utilizaron calabazas ya que al migrar a tierras americanas era más complicado encontrar este tipo de hortaliza y en cambio la calabaza estaba mucho más extendida. Este hecho, unido a que son más sencillas de vaciar y utilizar a modo de candil, fue la causa para convertir a la calabaza de Halloween en uno de los símbolos más característicos de la noche del 31 de Octubre. 

 

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