Este fin de semana, en el marco de los controles preventivos de alcohol y drogas realizados por las autoridades, nueve conductores fueron denunciados por superar los límites legales de alcoholemia. De ellos, tres eran usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP), como los patinetes eléctricos.
Estos datos ponen de nuevo el foco en una realidad que muchos parecen ignorar: los conductores de VMP están sometidos a las mismas normas de circulación que cualquier otro vehículo. Entre ellas, se incluye la prohibición expresa de consumir alcohol antes o durante la conducción.
El auge de la movilidad sostenible ha traído muchos beneficios: menos emisiones, menos tráfico, más agilidad en los desplazamientos urbanos. Pero la sostenibilidad no exime de la responsabilidad. Conducir un patinete bajo los efectos del alcohol no es menos peligroso que hacerlo en coche o moto. Pone en riesgo tanto la vida del conductor como la de los peatones y demás usuarios de la vía.
Es momento de reflexionar: ¿vale la pena una mala decisión por unos tragos de más? La movilidad del futuro debe ir acompañada de una conciencia del presente. Porque ser sostenible también es ser responsable.