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«La base de toda la corrupción política que ha salpicado en distinta medida a TODAS las ideologías políticas de España desde la democracia del 1978, es la falta de un funcionamiento democrático y limpio dentro de los partidos, los partidos en España funcionan por enchufe y/o capacidad económica dentro de dicho partido, eso de la valía o el mérito se deja para otro día, es más, pienso que esa valía para el cargo es dilapidada dentro de los partidos por miedo a la sombra que pueda hacer a los que detentan en esos momentos el poder. El resultado es que hasta ahora todos los partidos sufren un deterioro profundo que se traduce en un descrédito generalizado ante el electorado, en España se vota “al partido menos malo” o al que menos disgusta con tal que no gane el que más asusta».