La comunidad almadrabera de Tarifa observa con creciente preocupación lo que está ocurriendo esta semana en Sevilla, donde se celebra la 29ª Reunión Ordinaria de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT). Lo que apuntaba a un encuentro decisivo para consolidar el crecimiento del sector puede convertirse en un escenario de riesgo para todo el litoral gaditano, incluida la almadraba tarifeña.
El giro inesperado llegó en la plenaria de este martes, cuando la delegación de Estados Unidos —alineada con la agresiva política comercial que impulsa Donald Trump— exigió retirar 6.000 toneladas de cuota de atún rojo a la Unión Europea para transferirlas directamente a la flota norteamericana. Una maniobra que, de prosperar, afectaría de lleno a todas las almadrabas gaditanas, entre ellas la de Tarifa, una de las más singulares del sistema tradicional del Estrecho.
Un golpe directo al crecimiento esperado
El sector daba por hecho que este año el ICCAT aprobaría un aumento del TAC mundial en torno al 16%, tras tres años sin variaciones. Pero la propuesta estadounidense dejaría sin efecto ese avance: la reducción de 6.000 toneladas a Europa absorbería por completo el incremento previsto.
Para Tarifa, que en 2025 contó con una cuota de 349,45 toneladas, el escenario sería especialmente preocupante. La almadraba tarifeña, junto a las de Barbate, Conil y Zahara de los Atunes, trabaja con márgenes muy ajustados y depende de una planificación estable que permita mantener empleo, inversiones y modernización.
Un sistema en riesgo en pleno Estrecho
En el ámbito tarifeño, la actividad almadrabera no solo es un sector económico: forma parte del patrimonio cultural y pesquero del Estrecho, un territorio donde la pesca del atún rojo se remonta siglos atrás. Cualquier retroceso en las cuotas impactaría directamente en:
La rentabilidad anual de la almadraba de Tarifa.
El empleo estacional que genera cada temporada.
La cadena de valor asociada: transformadoras, comercializadoras, logística y hostelería.
La imagen internacional del atún de almadraba, especialmente valorado en mercados como Japón.
Precisamente Japón ha mostrado férrea oposición a la propuesta de Estados Unidos, consciente de que la reducción de cuota europea comprometería la disponibilidad del atún rojo salvaje más cotizado: el de almadraba.

Temor a represalias comerciales
Aunque no existe aún una decisión oficial, en Tarifa se teme que el peso comercial de la administración Trump y su historial de presiones arancelarias pueda inclinar la balanza. En el sector preocupa que el ICCAT, por evitar tensiones futuras, termine aceptando parte de las exigencias estadounidenses.
Una amenaza para toda la provincia
La provincia de Cádiz tuvo en 2025 una cuota total de 1.642,45 toneladas, distribuida entre las cuatro almadrabas. España en su conjunto gestionó 6.783 toneladas y Europa 21.503. Una merma de 6.000 toneladas supondría un retroceso histórico para el sector, con repercusiones en toda la cadena productiva, desde el Estrecho hasta los principales mercados internacionales.
Tarifa, en espera y en alerta
Mientras avanzan las negociaciones en Sevilla, en Tarifa se sigue cada comunicado con expectación. La sensación general es clara: cualquier decisión que reduzca las cuotas europeas no solo dañará a la industria, sino también a la identidad cultural y la sostenibilidad de un sistema pesquero único en el mundo.
La esperanza del sector tarifeño es que prime la estabilidad, la ciencia y la proporcionalidad, y que el patrimonio almadrabero del Estrecho no quede sometido al pulso geopolítico entre grandes potencias.















