TCAM-AGECIRAS/E.P.
La Comisión Europea ha aprobado hasta el 31 de diciembre el plan de recapitalización presentado por España para los bancos que necesiten recurrir al rescate bancario de hasta 100.000 millones de euros concedido por la UE.
El plan fija las condiciones para inyectar ayudas públicas a los bancos que necesiten cubrir necesidades de capital a corto plazo tras las pruebas de estrés que se están llevando a cabo, siguiendo las instrucciones del memorándum de entendimiento que marca las condiciones del rescate bancario.
Además, el esquema permite actuar con los bancos que tengan necesidades de capital urgentes antes de que se completen las pruebas. Para ello, el Eurogrupo ha desbloqueado un primer tramo de 30.000 millones de euros.
Bruselas cree que el esquema se ajusta a sus reglas sobre ayudas públicas porque tiene un carácter limitado en el tiempo y en su alcance y contiene «incentivos de salida», como un aumento anual de la remuneración por el capital o la prohibición de dividendos y del pago del cupón de instrumentos de capital híbrido.
«El plan de recapitalización es el primer paso para aplicar el recientemente acordado memorándum de entendimiento. Con este programa, el sector financiero será reconstruido sobre una base más sana. Esta es una precondición clave para un crecimiento sostenible en España», ha dicho el vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia.
El plan fija las condiciones bajo las que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) reforzará los recursos propios de las entidades que, tras los test de estrés, muestren necesidades de capital que pretenden cubrir en el mercado a medio plazo pero que necesiten temporalmente un apoyo del Estado.
Además, el esquema sirve como facilidad de último recurso para los bancos con necesidades urgentes de capital antes de que se completen los test de estrés y que podrían acabar perdiendo la licencia bancaria o suponiendo una amenaza a la estabilidad financiera.
Los efectos distorsionantes de la recapitalización quedarán minimizados, según Bruselas, por las condiciones de remuneración, que incluyen cláusulas de incrementos anuales. También se prohibirá el pago de dividendos y de cupones para los instrumentos de capital híbrido. Los bancos que necesiten ayuda deberán presentar un plan de reestructuración para volver a ser viables sin ayudas públicas.