En concreto, la delegación de Cruz Roja en Cádiz ha atendido en lo que va de año a un total de 928 inmigrantes, 222 sólo entre el sábado y el mediodía del martes, que trataban de alcanzar la costa de forma clandestina a bordo de uno de estos botes hinchables.
En declaraciones a Europa Press, el portavoz de Cruz Roja Cádiz, Miguel García, ha explicado que «hace un par de años empezaron a aparecer este tipo de embarcaciones de forma puntual pero el año pasado todas las que se recibían por mar eran este tipo de lanchas». Este 2013 la tendencia se ha consolidado.
Se trata de una particularidad de la zona del Estrecho, que sólo dista de Marruecos unos 14 kilómetros en la parte más cercana, ya que conforme recuerda García, los inmigrantes que tratan de llegar a otras zonas más apartadas del litoral andaluz o a las Islas Canarias lo hacen en embarcaciones de mayor envergadura.
Fuentes de Salvamento Marítimo han concretado que desde el sábado y hasta las tres de la tarde de este lunes se han rescatado en aguas del Estrecho 32 pateras con 218 personas a bordo y explican que en la mayor parte de los casos viajaban a bordo de estas barcas de plástico.
El cambio de tendencia podría deberse, por un lado, a personas que consiguen las barcas por su cuenta evitando recurrir a las mafias o, por otro, a una maniobra del propio crimen organizado, que podría intentar vulnerar con estos botes más pequeños el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) o, simplemente, ahorrar costes.
Esta es la perspectiva del franciscano Isidoro Macías Martín, más conocido como ‘Padre Patera’ por su labor de acogida de inmigrantes en Algeciras. En declaraciones Europa Press ha afirmado que, en su opinión, las mafias recurren a estas barcas porque parecen «más difíciles de detectar por el SIVE».
No en vano, las imágenes difundidas de las embarcaciones llegadas a las costas en los últimos meses muestran el uso reiterado de un mismo tipo de embarcación, el bote SeaHawk 4, fabricado por INTEX y que en internet tiene un precio que ronda los 200 euros.
Sin embargo, el SIVE sí detecta este tipo de embarcaciones, conforme ha explicado en declaraciones a Europa Press el secretario General de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Cádiz, José Encinas. De hecho, ha destacado que el sistema tiende a detectar ‘demasiado’, pues en caso de temporal, por ejemplo, puede confundir una ola pronunciada con una embarcación. «Lo está haciendo, si no, no se estarían rescatando tantas», ha añadido.
LAS LLAMADAS, CLAVE EN EL RESCATE
Con todo, las citadas fuentes de Salvamento Marítimo han explicado que se han recibido «múltiples llamadas» que han permitido la localización de las balsas hinchables y el rescate de sus ocupantes, comunicaciones en muchos casos establecidas por los mismos inmigrantes ante la evidencia de haberse perdido en el mar.
Según explican, en otras ocasiones son cooperantes que avisan desde Marruecos de que ha partido una patera y a veces, los propios familiares y amigos de los viajeros son quienes dan la voz de alarma. No siempre se dirigen directamente a Salvamento Marítimo, ya que en ocasiones contactan con Cruz Roja Española, que, a su vez, da la voz de alarma.
El portavoz de la institución en Cádiz ha explicado que en su sede de Tarifa no se han recibido este tipo de llamadas relativas a las embarcaciones interceptadas en los últimos cuatro días, aunque la central de Cruz Roja en Madrid sí atendió una de estas comunicaciones y «desde allí, llamaron directamente a Salvamento».
«Ellos no dan posiciones porque no saben bien donde están, sólo se dice que ha salido una embarcación y hay que localizarla. A veces lo que se hace es triangular el teléfono para intentar localizarlo. En la última llamada llegaron a decir que estaban en mitad del Altlántico porque claro, se vieron de noche y perdidos y no tenían ni idea de dónde estaban», ha apuntado.