La Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF, ha mostrado esta mañana, en el centro penitenciario de Algeciras (Botafuegos), su rechazo a las políticas de recortes en las prisiones de todo el territorio español en una concentración convocada por la plataforma sindical de prisiones, donde se integra CSIF. CSIF señala la prisión de Botafuegos como ejemplo paradigmático del perjuicio que ocasionan los recortes, de forma que este centro penitenciario se encuentra a más del 150% de su capacidad: de 1000 celdas (para 1000 personas) que tiene esta prisión hay unos 1600 reclusos actualmente. También sufre Botafuegos la carencia constante de profesionales sanitarios (de 11 médicos que debería haber, actualmente sólo hay cinco o seis). Esta problemática, que obviamente afecta también a otros centros penitenciarios como Puerto 3, obedece a las políticas de recortes que se están ejecutando desde hace unos años en todo el estado y que, por ello, ha provocado las movilizaciones sindicales que, a partir de ahora, se irán repitiendo todos los meses en diferentes prisiones del país. En la concentración de esta mañana, a la que han acudido el presidente provincial de CSIF, Sebastián Alba, el presidente provincial de Prisiones, Ángel Luis Perea y el responsable autonómico de este sector, Miguel Ángel Rojas, se han señalado algunos de estos recortes que, básicamente, lo único que consiguen es empeorar las condiciones laborales de la plantilla y empeorar gravemente la seguridad de los trabajadores. Concretamente, CSIF se ha referido al incumplimiento de la tasa de reposición de efectivos en los últimos dos años, la pérdida de casi mil funcionarios en todo el país, la falta de oferta de empleo público, la apertura de centros que se encuentran al 50% de rendimiento por la falta de personal… Todo esto deja al personal de las prisiones en una posición cada vez más indefensa y con un poder adquisitivo cada más mermado (un 25% en los últimos años). Del mismo modo, CSIF denuncia la ya habitual escasez de medios materiales y la bajada de medidas de seguridad, a lo que hay que sumar el proceso de privatización de la seguridad externa de las prisiones (y que CSIF teme que se convierta en una tendencia para finalizar en la privatización gradual de la seguridad a nivel interno). Desde CSIF se insiste en reivindicar la imagen pública de los empleados públicos penitenciarios y defiende la labor social que realizan mediante su trabajo diario.