Cuando la fiesta no termina bien

IAM/Redacción Verdemar Ecologistas en Acción quiere resaltar que un globo con helio, en determinadas condiciones meteorológicas puede llegar a ascender hasta 10 km de altura, y tras ascender a gran altura y flotar a la deriva durante horas y horas, la mayoría de los globos explotan debido a la diferente presión atmosférica y se rompen en numerosos pequeños fragmentos que caen al suelo, al mar, lagos o ríos, que contaminarán.

 

Otros se desinflan y llegan a la superficie enteros, quedando enganchados a la vegetación o tendidos en la superficie.Pueden estar desplazándose durante 24 horas, y recorrer hasta 3000 km de distancia. Por lo tanto, los globos tienen un radio de dispersión muy amplio que hace impredecible su destino final. Considerando que cerca del 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua, la probabilidad de que los globos terminen en cuerpos de agua como lagunas, lagos, ríos o en el mar es muy alta, aunque se suelten en una ciudad. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que cada día llegan a los océanos ocho millones de objetos residuales, unas 6,4 millones de toneladas al año. En muchas zonas, los globos están entre los más numerosos.

La Fundación Sea Turtle estima que 100.000 mamíferos y tortugas marinas y un millón de aves marinas mueren cada año por ingerir o enredarse en los desechos marinos, con especial culpabilidad del plástico no digerible que bloquea sus estómagos. La mayoría de los globos se fabrican con látex. Este material, el menos dañino de los utilizados, según sus fabricantes es 100% biodegradable, pero puede tardar hasta seis meses en desaparecer, dependiendo de las condiciones meteorológicas a las que el residuo quede expuesto, principalmente la temperatura, la insolación y la humedad.

En el agua salada, la vida de este residuo se alarga. Queremos hacer ver que  pueden cruzar sin problemas los límites de municipios, provincias e incluso llegar a un país limítrofe.Verdemar lamenta que el fugaz momento de regocijo visual generado por una suelta de globos, trae aparejado un aporte a la acumulación de residuos, que pueden ser una molestia para otros ciudadanos o una patología para un animal silvestre.La fotografía que ilustra este texto fue tomanda en pleno Parque Natural “Los Alcornocales” el pasado 12 de septiembre, desgraciadamente vemos un claro ejemplo en una zona tan sensible en nuestro Parque.

Queremos añadir que los globos sueltos casi siempre vuelan acompañados las tiras o cintas de sujeción, que una vez en tierra o agua, también se llevan la vida de numerosos animales al engancharse en alas, patas o aletas, restringiendo o impidiendo la búsqueda de alimentos y la movilidad y con ello, el escape ante predadores o disturbios. Verdemar Ecologistas en Acción propone otras formas de celebrar distintos actos o celebraciones que sean inofensivas para el medio ambiente como guirnaldas, banderas, flores de papel o incluso plantas naturales.

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