El departamento que dirige José Manuel García-Margallo ha convocado esta misma tarde al encargado de negocios de la Embajada de Reino Unido en Madrid –en ausencia del embajador– para «trasladarle su protesta por este incidente alertando de su gravedad y urgiéndole a que las autoridades británicas tomen las medidas necesarias para evitar que se repitan incidentes de esta naturaleza», informa en un comunicado Exteriores. El motivo de la protesta ha sido el último incidente protagonizado ayer por ambos cuerpos en las aguas en disputa cuando una patrullera de la Guardia Civil detuvo en «aguas españolas a una embarcación que estaba haciendo contrabando de tabaco», subraya en su nota la Oficina de Información Diplomática. En el momento en que la patrullera del servicio marítimo de la Guardia Civil se disponía a remolcar la citada embarcación aparecieron varias embarcaciones británicas que «dificultaron» la maniobra de remolque obligando a subirse a bordo de la embarcación aprehendida a un agente de la guardia civil para tripularla, según la versión difundida por el Ministerio. «Una embarcación de la Royal Gibraltar Police se interpuso produciéndose, en repetidas ocasiones, choques entre las embarcaciones. En el transcurso de los hechos un agente de la Guardia Civil sufrió lesiones en el cuello y espalda causando baja para el servicio», relata la OID.ESPECIAL GRAVEDAD El encargado de negocios británico ha sido recibido en el Ministerio por el director general de Política Exterior y Asuntos Multilaterales, Ignacio Ibáñez. El diplomático español ha subrayado ante su interlocutor que los hechos se produjeron «en aguas españolas en el ejercicio por la patrullera de la Guardia Civil de actividades de vigilancia, control y lucha contra una actividad ilícita, de tal gravedad en la zona como es el contrabando de tabaco», precisa Exteriores en su nota. Ibañéz ha insistido en que este incidente reviste una «especial gravedad» no sólo porque se han producido daños personales, sino porque supone un «entorpecimiento de la lucha contra el contrabando» lo que demuestra, «una vez más», la necesidad de intensificar los controles «a los que se ve obligada España, tanto en las aguas como en la Verja, ante el incremento de las cifras de dicho contrabando». Los incidentes entre la Guardia Civil y la Policía de Gibraltar se vienen produciendo de manera reiterada desde la llegada al poder del PP a finales de 2011, si bien también ocurrieron en la etapa de Gobierno de los socialistas. Londres suele protestar por lo que considera «incursiones» de la Guardia Civil o de la Armada en aguas de soberanía británica, y España por los obstáculos de Gibraltar a la actividad de los pescadores gaditanos o de la Guardia Civil «en aguas españolas». España no reconoce a Reino Unido más aguas que las del interior del puerto de Gibraltar, ya que por el Tratado de Utrech de 1713 solo cedió a la Corona británica la ciudad y el castillo de Gibraltar, junto a su puerto, defensa y fortaleza, no así el istmo ni las aguas circundantes. Londres arguye en cambio que, por la posterior Convención del Mar de Naciones Unidas, le corresponderían hasta 12 millas náuticas de mar territorial.Más noticiasGibraltar: La embarcación de la Guardia Civil actuaba en aguas británicas